En un momento en el que el mundo entero se enfrenta a una emergencia de salud pública sin precedentes, queremos reflexionar sobre los desafíos a los que nos enfrentamos y las medidas de contingencia que debiéramos implementar para contribuir a un dialogo y soluciones en este momento crítico y de unión. Un llamado a repensar el enfoque en salud bucal e integral y sus aproximaciones y sobre todo a un período de solidaridad.
Los retos actuales que enfrenta la profesión no tienen precedentes. Como sabemos, los odontólogos y su personal auxiliar, tienen los riesgos más altos de cualquier trabajador en el mundo en este momento, debido al hecho de que creamos aerosoles durante el tratamiento de rutina: utilizamos ultrasonidos, piezas de mano de alta velocidad, etc. Esas gotas pueden estar infectadas con el coronavirus, aumentado el riesgo de propagarlo en nuestros consultorios, equipos, familias y comunidades. ¿Y qué tan lejos viaja ese aerosol? ¿Cuánto tiempo podría vivir en otras superficies? Estas son preguntas muy importantes para las que no tenemos las respuestas explícitas en este momento.
Informarse bien significa, no caer en la sobre información; gran parte de los mensajes y testimonios que se comparten por redes sociales e internet, muchos son falsos o, como mínimo, no están contrastados y más grave, muchas veces recurran al sensacionalismo o al alarmismo, que provocan malestar o negatividad, que aviva la instalación del miedo en el estado de ánimo, nos angustie y acabe por convertirse en un fenómeno que interfiera en nuestra capacidad de responder a la situación con eficacia.
Como profesionales de la salud, la primera obligación ética con un paciente es no hacer daño. Si los tratamos en este momento, honestamente no sabemos si estamos causando daño o no. Por lo tanto, la práctica privada debe cerrarse en las próximas semanas, excepto para tratar emergencias dentales. Desafortunadamente, a pesar de una correcta anamnesis, aún podemos tratar a pacientes infectados con COVID-19, sin saberlo. Es posible que los pacientes no sean sintomáticos, que no sepan que están enfermos y que ni siquiera entiendan que están en riesgo. Este ejemplo sencillo de entender, por el cambio abismal que representa en la práctica cotidiana, puede servirnos de símbolo para ilustrar la poderosa emergencia de esta situación.
Como ocurre ante cualquier otra enfermedad infecciosa, una buena manera de protegerse es extremar los hábitos de vida saludables para mantener lo mejor posible nuestro sistema inmunitario y salud en general. En Venezuela en el pasado reciente hemos tenido momentos de angustia; vale la pena repasar qué habilidades nos sirvieron para superar otras situaciones adversas en el pasado.
Al mismo tiempo, enfrentaremos severas restricciones financieras. Una recesión mundial. No está claro exactamente cuáles serán las consecuencias; diversos expertos han especulado sobre las posibles consecuencias para la salud y la salud bucal en términos de respuesta social, investigación, regulaciones para materiales y equipos dentales. Momento de decisiones no emocionales.
Paralelo, la odontología es una profesión que en ocasiones agota y desgasta ¿Cuántos de nosotros estamos cansados de las demandas "normales" de la odontología? Es momento que cuidemos de nosotros mismos, para que estemos sanos, fuertes y listos cuando llegue el momento de volver a un trabajo normal. Consideremos también que este tiempo extra con la familia es un regalo precioso, para amarlos y pasar el mayor tiempo posible con ellos en estos períodos.
Por último, pero no menos importante, usemos un poco del tiempo de inactividad para mejorar nuestro conocimiento y habilidades clínicas mediante la utilización de los vastos recursos disponibles en la red. La Revista Acta Odontológica Venezolana y otras, son excelentes medios, y la iniciativa actual de publicar este número especial, lo corrobora. Con esta circunstancia, de regalo de tiempo y recursos, seamos mejores clínicos, excelentes líderes. Utilicemos estas increíbles herramientas a la que todos tenemos acceso, ya que a menudo no tenemos tiempo para profundizar. Siempre hay algo que explorar, investigar, aprender. Descúbrelo.