Recibido para Arbitraje: 27/06/2018
Aprobado para su publicación: 03/12/2018
Introducción: La práctica odontológica se rige por normas y procedimientos de bioseguridad que previenen la contaminación y propagación de enfermedades, para optimizar el tratamiento de los pacientes odontológicos. Objetivo: analizar la consistencia de la relación entre los componentes actitudinales hacia el cumplimiento de las normas de bioseguridad en el área clínica en los estudiantes de 3er año de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo. Materiales y métodos: la investigación es de tipo correlacional descriptiva ex post facto; la población consta de 199 estudiantes de 3er año de la FOUC en el período lectivo 2016-2017; la muestra se conformó con 65 sujetos. En la recolección de datos se utilizó la encuesta y como instrumento el cuestionario INVANOB conformado por 27 proposiciones y confiabilidad alta (Alfa de Cronbach: α = 0,89). Resultados: se obtuvo que existe una correlación alta entre los pares de componentes. Conclusiones: existe una actitud muy favorable de los estudiantes hacia el uso de las normas de bioseguridad en las áreas clínicas y se evidencia una consistencia muy alta entre los componentes de dicha actitud.
Palabras clave: Bioseguridad, Actitud hacia la Bioseguridad, Normas de Bioseguridad, Componentes Actitudinales, Consistencia en la Actitud
Introduction: Dental practice is governed by biosecurity rules and procedures that prevent the contamination and spread of diseases, to optimize the treatment of dental patients. Objective: to analyze the consistency of the relationship between the attitudinal components towards compliance with the biosafety regulations in the clinical area in the 3rd year students of the Faculty of Dentistry of the University of Carabobo. Materials and methods: the investigation is of descriptive correlation type ex post facto; the population consists of 199 third-year students of FOUC in the 2016-2017 school year; the sample was made up of 65 subjects. In the data collection the survey was used and as an instrument the INVANOB questionnaire conformed by 27 propositions and high reliability (Cronbach's alpha: α = 0.89). Results: it was obtained that there is a high correlation between the pairs of components. Conclusions: there is a very favorable attitude of the students towards the use of the biosafety norms in the clinical areas and there is a very high consistency between the components of this attitude.
Key words: Biosecurity, Attitude towards Biosecurity, Biosecurity Standards, Attitudinal Components, Consistency in Attitude.
En el área de la salud odontológica, a nivel mundial y nacional, cobra cada vez más importancia el cumplimiento de las normas bioseguridad, con el propósito de prestar una atención clínica que beneficie al paciente y proteja tanto a éste como al profesional. Por ello, la preparación del futuro odontólogo debe tener amplios conocimientos de las normas y procedimientos de bioseguridad, que le permitan en su futura praxis profesional disminuir y evitar los posibles riesgos de contaminación y propagación de enfermedades e infecciones.
En este marco, la Asociación Dental Americana (ADA), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y otras organizaciones odontológicas han promovido campañas de adopción sobre las normas de bioseguridad promulgadas por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Atlanta (CDC), a cumplirse a nivel internacional; cuya finalidad es minimizar la contaminación del profesional, el paciente y el medioambiente de agentes infeccioso durante los tratamientos odontológicos, aplicables en todas las especialidades y entornos de tratamientos odontológicos1-2.
Dentro de este contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) concibe a la bioseguridad (seguridad biológica) como “un conjunto de normas y medidas para proteger la salud del personal que labora en el área de la salud, en particular del odontólogo, frente a riesgos biológicos, químicos y físicos a los que está expuesto en el desempeño de sus funciones; así como también a los pacientes y al medioambiente”3. Vale recordar que “en la práctica odontológica se debe mantener de manera meticulosa el control de infecciones, ya que la cavidad bucal presenta una de las mayores concentraciones microbianas del organismo”2.
Asimismo, Venezuela cuenta con un grupo de medidas y disposiciones legales tendentes a la protección humana, animal, vegetal y ambiental 4,5; en tal sentido, el Ministerio del Poder Popular para el Ambiente6 incluye el desarrollo de un Sistema Nacional de Bioseguridad. Es así que, en este marco referencial, “la práctica odontológica y la bioseguridad están estrechamente ligadas; ya que ésta, es considerada como una Doctrina de Comportamiento, que está dirigida al logro de actitudes y conductas, con el objetivo de minimizar el riesgo de quienes trabajan en prestación de salud, a enfermarse por las infecciones propias a este ejercicio; incluyendo todas las personas que se encuentran en el espacio asistencial, cuyo diseño debe coadyuvar a la disminución del riesgo”7.
En el ámbito académico, vale destacar que la bioseguridad puede ser definida como “…un conjunto de normas, medidas y protocolos útiles para aplicarlos en los procedimientos realizados en investigaciones científicas y trabajos docentes, con el objetivo de aportar a la prevención de riesgos o infecciones derivadas de la exposición a agentes potencialmente infecciosos o con cargas de riesgo biológico, químico y físicos”8.
Análogamente, las normas de bioseguridad tienen como propósito el control y prevención de la transmisión de enfermedades infectocontagiosas como el VIH y la Hepatitis B2. Específicamente, en la práctica odontológica, proporcionan medidas para “evitar la contaminación y propagación de enfermedades y así optimizar el tratamiento de los pacientes odontológicos”9. Adicionalmente, dada su importancia preventiva, todo consultorio odontológico debería regirse por un manual de bioseguridad, como documento que posibilita la prevención de “…accidentes de trabajo, enfermedades laborales y contaminaciones cruzadas, utilizando métodos de desinfección, esterilización y protección personal”10.
Bajo estas premisas, la actividad clínica en odontología debe estar acompañada de una actitud favorable hacia la disminución de riesgos de contagio de enfermedades en la atención odontológica, tanto del paciente como del clínico. Así como de otros elementos a los que se expone el odontólogo en su práctica, que puedan ser dañinos a su salud. Respecto a los principios básicos de bioseguridad 2,3,9,11, se describen a continuación:
Los estudiantes de odontología, en sus prácticas clínicas se encuentran expuestos a patógenos y se arriesgan “a adquirir infecciones provenientes principalmente de la sangre y saliva de los pacientes, debido al manejo de material punzocortante, instrumentos rotatorios y al aerosol generado durante la atención, en un campo restringido de visualización y sujeto al movimiento del paciente”12. De allí, la importancia de considerar estos riesgos como un problema potencialmente médico. Dado que, debido a esta exposición, corren “…el riesgo de sufrir infecciones virales (incluyendo los virus VHB, VHC y VIH), bacterias, parásitos, toxinas u otros agentes patógenos, por distintas vías”13.
A pesar de estas consideraciones, es frecuente que algunos estudiantes incurran en comportamientos de riesgo en las prácticas clínico odontológicas; “prácticas como no usar métodos de barrera (vestimenta de protección), la eliminación de materiales punzocortantes en condiciones inadecuadas, la manipulación incorrecta de agujas o métodos incorrectos de esterilización o desinfección de instrumental son habituales”12.
Las normas son un “…conjunto de reglas establecidas para conservar la salud y seguridad del personal paciente y comunidad frente a los riesgos de infección”14. En relación a las normas básicas de bioseguridad y su cumplimiento en las áreas clínicas de Odontología, entre otras exigencias 2,9,14-16 se tienen:
En el cumplimiento de las normas, las precauciones estándares a considerar en la atención a pacientes16 incluyen: higiene de las manos, protección individual (bata, gorro, guantes, tapabocas, lentes protectores, etc.), limpieza y desinfección ambiental, manipulación adecuada de materiales e instrumentos, lavado de ropa utilizada, eliminación apropiada de los desechos clínicos, entre otros. Cabe destacar, se ha comprobado la responsabilidad directa de los operadores en infecciones cruzadas (de virus Hepatitis B, Herpes Simple y VIH) cuando no se emplean las normas de bioseguridad17.
Cabe destacar la importancia que tienen las actitudes, en el cumplimiento de las normas de bioseguridad, su incumplimiento se asocia a la ocurrencia de accidentes a estudiantes de odontología en la práctica clínica. En tal sentido, existe una relación estadísticamente significativa entre las actitudes y las prácticas de los estudiantes que involucran la ocurrencia de accidentes18. Específicamente, en la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo, en la clínica de Odontopediatría II se cumplen de forma moderada las normas de bioseguridad 19.
En Colombia, en una evaluación de las actitudes y prácticas frente al riesgo biológico en estudiantes y docentes de odontología de la Universidad Cooperativa de Colombia20, concluyeron que aunque la mayoría (90,9%) afirma conocer qué es el riesgo biológico, se evidencia clara presencia de riesgos para su salud en la práctica clínica. Hay actividades cotidianas que son vistas como de bajo riesgo, como la manipulación de secreciones, manejo de ropa sucia quirúrgica, etc., lo cual genera riesgo y aumenta la probabilidad de producir incidentes y accidentes evitables; accidentes frecuentes17-20 tales como: perforación con instrumentos punzocortantes durante el lavado y condicionamiento del instrumental, salpicaduras de fluidos en ojos y contacto directo con sangre y saliva. Esto sugiere la necesidad de fortalecer la formación en prevención del riesgo biológico y realizar actividades que permitan reforzar conocimientos.
En un estudio realizado en Perú21, se encontró que la actitud sobre las prácticas de bioseguridad en la toma radiográfica intraoral evidenciaban un nivel regular (21% en los alumnos de preclínica y 45% en clínica integral); específicamente en lo cognitivo, se reportó que los estudiantes manifestaban mayor conocimiento sobre el manejo de residuos radiológicos y una actitud favorable hacia la utilización de equipos de protección radiológicos.
En este marco, es necesario precisar el significado del término actitud, “la actitud es una disposición interna aprendida y duradera que sustenta las respuestas favorables o no del individuo hacia un objeto determinado, es el producto de todas las experiencias del individuo, directas o socialmente mediatizadas, con dicho objeto” 21. En ellas, se integran tres componentes pedagógicos 21-26:
Adicionalmente, las actitudes pueden ser ambivalentes26, es decir, presentar bipolaridad en el afecto; así, “el humor positivo y las emociones pueden ser ortogonales respecto a sus contrapartes negativas”23. Ajzen26 señala que el término afecto se refiere a los estados de humor y las emociones específicas (miedo, ira, envidia, etc.), que pueden tener diversos grados de valencia y activación. Cuando lo cognitivo y lo afectivo tienen valencias opuestas, lo afectivo tiende a predominar; si ambos tienen igual valencia, las conductas son más fáciles de predecir porque tienden hacia el mismo signo, sentido y dirección. De allí que, dentro de una actitud general, pueden manifestarse distintas valencias entre los componentes actitudinales.
Dada la importancia de la aplicación de las normas de bioseguridad en el área de la salud, en específico por los estudiantes de 3er año que se inician en la práctica clínica odontológica, y las actitudes que activan su acatamiento y uso, se plantea como interrogante ¿Cuál es la consistencia de la relación entre los componentes actitudinales hacia el uso de las normas de bioseguridad en los estudiantes de 3er año de odontología?. De lo anterior, surge como objetivo general: Analizar la consistencia de la relación entre los componentes actitudinales hacia el cumplimiento de las normas de bioseguridad en el área clínica en los estudiantes de 3er año de la Facultad de Odontología de la Universidad de Carabobo.
El tipo de investigación se ubica dentro de los estudios analíticos descriptivos ex post factos, por tanto el diseño de investigación es documental bibliográfico27; en tal sentido, se utilizaron datos recolectados y documentados por Rodríguez & Zerpa3. La población estudiada3 constaba de 199 estudiantes de 3er año de la FOUC en el período lectivo 2016-2017. El tipo de muestreo utilizado3 fue probabilístico28, el tamaño de la muestra se estimó mediante una fórmula29 en 65 sujetos (32,7% de la población).
Criterio de inclusión: estudiantes de 3er año que realicen prácticas clínicas odontológicas, en el período lectivo.3
Criterio de exclusión: estudiantes de 3er año que no asistan al área de prácticas clínicas odontológicas, en el período lectivo.3
En la recolección de datos los investigadores siguieron las consideraciones bioéticas siguientes: a los estudiantes que conformaron la muestra se les explicó el objetivo de la investigación; se les hizo saber que los investigadores asumirían el compromiso de no socializar ni dar a conocer detalles de la información suministrada (confidencialidad) y se les entregó un formato escrito de Consentimiento Informado basado en las normas de bioética vigentes en Venezuela.3
Debido a que las actitudes se expresan de manera positiva o negativa (signo), de acercamiento o alejamiento hacia el objeto de la actitud (sentido) y con mayor o menor intensidad (magnitud)22,24-25,29-31. Diversos autores23,30-33 señalan que, en la medición de las actitudes, el procedimiento más popular es la aplicación de cuestionarios con escalas. Así, una escala de actitudes consiste “…en un conjunto de enunciados positivos y negativos concernientes a un concepto específico”31. El escalamiento tipo Likert es el más empleado, dada su sencillez y versatilidad31-33.
Por esta razón, para recabar la información Rodríguez & Zerpa3 utilizaron la técnica de la encuesta y como instrumento el cuestionario autoadministrado INVANOB3 de respuestas cerradas con escala Likert (definitivamente sí, posiblemente sí, Indeciso, posiblemente no y definitivamente no) conformado por 27 proposiciones. Este instrumento fue validado por tres expertos mediante el método de agregados individuales34-35 y la confiabilidad se estimó mediante la técnica Alfa de Cronbach (α = 0,89), arrojó una confiabilidad alta 34-36. Se identificó como variable del estudio:
Actitud hacia el cumplimiento de las normas de bioseguridad (Tabla I).
Se plantean las siguientes hipótesis, respecto a los componentes actitudinales:
H0: No existe relación entre el componente cognitivo y el componente afectivo de la actitud hacia el uso de las normas de bioseguridad en estudiantes de 3er año de la FOUC
H1: Existe una relación positiva entre el componente cognitivo y el componente afectivo de la actitud hacia el uso de las normas de bioseguridad en estudiantes de 3er año de la FOUC
H0: No existe relación entre el componente cognitivo y el componente conductual de la actitud hacia el uso de las normas de bioseguridad en estudiantes de 3er año de la FOUC
H2: Existe una relación positiva entre el componente cognitivo y el componente conductual de la actitud hacia el uso de las normas de bioseguridad en estudiantes de 3er año de la FOUC
H0: No existe relación entre el componente afectivo y el componente conductual de la actitud hacia el uso de las normas de bioseguridad en estudiantes de 3er año de la FOUC
H3: Existe una relación positiva entre el componente afectivo y el componente conductual de la actitud hacia el uso de las normas de bioseguridad en estudiantes de 3er año de la FOUC
Ho: rxy = 0 (No existe relación entre los componentes)
Ha: rxy≠ 0 (Sí existe relación entre los componentes), con rxy > 0
rxy = 0 Se acepta la Hipótesis nula y no están relacionadas o asociadas los componentes
0 < |rxy| ≤ 1 Se rechaza la Hipótesis nula y los componentes están relacionados o asociados
La intensidad o nivel de la asociación se medirá según los criterios establecidos34-36 en la tabla VI
En la medición de las actitudes, es posible interpretar los resultados empleando escalas de clasificación31. En tal sentido, para la interpretación descriptiva de los resultados, se utilizaron las escalas de clasificación presentadas en la Tabla II3. Corresponde, por tanto, al signo positivo, sentido de acercamiento y de intensidad mayor los rangos 3 y 4; en tanto que al signo negativo, sentido de alejamiento y menor intensidad los rangos 1 y 2.
Rodríguez & Zerpa3 reportan como resultados: Puntaje total del cuestionario INVANOB: media y desviación estándar: 𝑥̅±𝑠=116 ±1,36 𝑝𝑢𝑛𝑡𝑜𝑠; corresponde al nivel actitudinal muy favorable (Rango 4). Componente cognitivo: 𝑥̅±𝑠=41 ±0,50 𝑝𝑢𝑛𝑡𝑜𝑠; el desarrollo de este componente, es alto (Rango 4). Componente afectivo: 𝑥̅±𝑠=37 ±0,50 𝑝𝑢𝑛𝑡𝑜𝑠. Componente conductual: 𝑥̅±𝑠=37 ±0,25 𝑝𝑢𝑛𝑡𝑜𝑠; el desarrollo de estos componentes es mediano (Rango 3).3
Dimensión: Componente Cognitivo: En la Tabla III3 se observa, en relación al componente cognitivo: Indicador opiniones (ítemes 1 al 3): la mayoría de la muestra (98,5%), indican que las normas de bioseguridad previenen riesgos al atender a los pacientes, consideran que todo paciente es potencialmente contaminante y la totalidad de la muestra indica que es necesario tomar precauciones para evitar el contacto con fluidos corporales.
Indicador creencias (ítemes 4 al 6): los estudiantes (porcentajes que varían entre 72,5% y 89,2%) no consideran las normas de bioseguridad como muy teóricas, están de acuerdo en que sin las normas de bioseguridad los pacientes estarían expuestos a contaminarse y no creen que existan otros temas más importantes que la bioseguridad, para el futuro desempeño profesional.
Indicador conocimiento (ítemes 7 al 9): la mayoría de la muestra indica que es de gran importancia usar barreras para evitar la exposición directa a sangre y otros fluidos orgánicos potencialmente contaminantes (97%) y que la bata debe utilizarse para evitar la exposición de la ropa o la piel a fluidos corporales o sustancias químicas (95,4%). En su totalidad acuerdan que los materiales contaminados deben ser eliminados en recipientes indicados para cada material específico.
Dimensión: Componente Afectivo. En la Tabla IV3 se presentan los resultados correspondientes a la dimensión afectiva, se evidencia en el Indicador sentimientos (ítemes 10 al 12): la mayoría de la muestra refiere interés por conocer las normas de bioseguridad para evitar posibles contagios en las prácticas en el área clínica de la FOUC (98,5%) y les satisface utilizar el tapaboca porque se protegen la boca y la nariz (92,3%). Todos dicen que se sienten tranquilos al saber que no se ponen en riesgo al atender un paciente cuando cumplen las normas de bioseguridad.
Indicador emociones (ítemes 13 al 15): a 60% de la muestra le fastidia tener que quitarse los guantes cuando va a buscar algo y luego tener que colocárselos de nuevo para seguir atendiendo al paciente, 81,5% estuvo en desacuerdo en que les gustaría más la práctica clínica si no tuvieran que cumplir con las normas de bioseguridad y 86,6% se siente culpable cuando no cumple con las normas de bioseguridad.
Indicador Estados de humor (ítemes 16 al 18): en el ítem 16 asevera que a los estudiantes les desanima cubrir el sillón odontológico antes de sentar al paciente, las respuestas están muy divididas 46,2% están de acuerdo y 44,6% está en desacuerdo, les alegra estar usando barreras de protección cuando una sustancia le salpica a la cara (90,7%) y no les irrita el uso permanente del gorro en las áreas clínicas (63,1%), hay un porcentaje importante de estudiantes que les irrita o están indecisos (36,9%).
Dimensión: Componente Conductual. La Tabla V3 muestra las respuestas organizadas relacionadas con el componente conductual (conativo): Indicador acciones manifiestas (ítemes 19-21): los estudiantes colocan campos en la bandeja para evitar se contamine el instrumental estéril (96,9%), 66,2% desinfectan la lámpara de fotocurado después de su uso, 20% indicaron estar indecisos al respecto y 13,8% indican que no lo hace y, en cuanto al uso de protección al paciente en la toma de radiografías, 61,5% lo hace.
Indicador intenciones (ítemes 22-24): la mayoría de la muestra (87,6%) tiene la intención de usar las medidas de protección al manipular sustancias químicas como el mercurio, casi en su totalidad (95,4%) manifiestan su intención de aprender las normas de bioseguridad para protegerse de posibles contagios e intentan cumplir las normas de bioseguridad para proteger al paciente de posibles riesgos de contaminación (97%).
Indicador preferencias (25-27): un elevado porcentaje de los estudiantes manifestaron que prefieren lavarse las manos continuamente mientras atienden un paciente antes que colocarse guantes (69,2%). En relación a los lentes correctivos sin lentes protectores en la práctica clínica, más de la mitad (58,5%) no les agrada colocarse los lentes protectores y consideran que los lentes correctivos cumplen esa función. A un porcentaje elevado de la muestra no les gusta (38,5%) o están indecisos (15,3%) en cuanto a protegerse con el chaleco de plomo cuando utilizan los aparatos de rayos X; esto indica que menos de la mitad de ellos se protegen en la toma de radiografías (46,2%).
Para establecer el nivel, magnitud o intensidad de la relación entre los componentes actitudinales, se utilizó la prueba de correlación simple por rangos de Spearman con un intervalo de confianza de 95% y nivel de significancia p < 0,05; para estimar la asociación se empleó una tabla de cálculo Excel37. La fórmula de Spearman29,34-35
En donde:
rxy: Coeficiente de correlación de Spearman
d2: diferencias existentes entre los rangos de las dos variables, elevadas al cuadrado
N: tamaño de la muestra expresada en parejas de rangos de las variables
Σ: Sumatoria
El primer paso, fue la conversión de los puntajes obtenidos por el cuestionario para cada componente a rangos, utilizando los criterios establecidos en la Tabla II. (Ver Tabla VII]
Relación entre los Componentes Cognitivo (x) y Afectivo (y): rxy = 0,9994; por lo cual, se rechaza la hipótesis nula y se acepta H1. Existe una relación directa alta34-36 entre ambos componentes.
Relación entre los Componentes Cognitivo(x) y conductual (z): rxz = 0,9995; se rechaza la hipótesis nula y se acepta H2. Existe una relación directa alta34-36 entre ambos componentes.
Relación entre los Componentes Cognitivo(x) y conductual (z): ryz = 0,9993; se rechaza la hipótesis nula y se acepta H3. Existe una relación directa alta34-36 entre ambos componentes.
Los resultados arrojaron que la mayor parte de los estudiantes reconocen la importancia del uso de la normas de bioseguridad en la práctica clínico-odontológica, empero, tienen algunas carencias en los conocimientos sobre bioseguridad. En tal sentido, la bioseguridad se integra de normas y medidas preventivas con el propósito de proteger al clínico, al paciente y al medioambiente, frente a los riesgos biológicos, físicos y químicos. A ser tomadas por los profesionales de la salud para proteger la salud de sus pacientes y de sí mismos1-2,8-11,17. Por ende, las Facultades de Odontología requieren del cabal cumplimiento de las normas de bioseguridad 7,9,11-12,14-20 que se exigen sean cumplidas en las áreas clínicas
La mayoría de los encuestados afirman que las barreras de protección y las normas que regulan su uso en el área clínica no generan inconvenientes o incomodidades al práctico; sin embargo, algunas medidas no son aceptadas con beneplácito por un número significativo de estudiantes. Lo cual indica que es necesario fomentar un ambiente que eduque y vele por el cumplimiento de las medidas de bioseguridad desde las prácticas estudiantiles18. En consonancia con los hallazgos, se amerita tomar medidas correctivas para que el estudiantado, en general, cumpla con las normativas durante las actividades clínicas9,18-21.
Se comprobó el interés de los estudiantes para cumplir y aprender las normas de bioseguridad, en la protección, tanto del operador clínico como del paciente, para disminuir los riesgos de contaminación en el área clínica. Sin embargo, se evidencian falencias en algunos de los aspectos relacionados con la aplicación de las normas de bioseguridad en la atención de pacientes y al momento de aplicar Rayos X. Los resultados en el componente conductual se corresponden con otros hallazgos3,9,12,18-21, en cuanto a que se cumplen de manera parcial o moderada las normas de bioseguridad durante la actividad clínica en la FOUC, lo que evidencia la necesidad de tomar medidas correctivas que promuevan su cumplimiento durante la atención al paciente.
Se estableció que, en el estudio, existe una relación o asociación alta entre los tres componentes actitudinales (cognitivo, afectivo y conductual); por ende, no existen ambivalencias26 entre las actitudes evidenciadas por los estudiantes, referidas al cumplimiento de las normas de bioseguridad en las áreas clínicas de la FOUC. Cuando tienen igual sentido, dirección e intensidad, son actitudes consistentes26.
Entre las conclusiones y hallazgos, se tienen: