Ortiz, L.; Fortino, R.; Rivetti, A.; Rodríguez, F.; Saglimbeni, M.; Bermúdez, S.
Resumen: La siguiente revisión literaria tiene como objetivo describir la importancia que tienen los patrones de crestas y ranuras como determinantes de la morfología oclusal.
Teniendo en cuenta que la anatomía oclusal de los dientes actúa de manera armónica con las estructuras que controlan los patrones de movimiento de la mandíbula, las estructuras que determinan estos patrones son la articulación temporo-mandibular y los dientes anteriores. Dichos determinantes de la morfología oclusal se pueden estudiar en dos planos, un plano vertical relacionado con la altura de las cúspides y profundidad de las fosas; y un plano horizontal que se relaciona con la dirección de los surcos y crestas en las superficies oclusales. En los movimientos excéntricos de la mandíbula las cúspides de los dientes posteriores se deslizan entre las crestas y sobre las ranuras de los dientes antagonistas para permitir el libre movimiento de la mandíbula sin interferencias oclusales. Es por esto que factores como la distancia entre el cóndilo de rotación, distancia al plano sagital medio, movimiento de traslación lateral y la distancia intercondílea se relacionan directamente con el patrón de fosas y crestas. Explicando que a mayor distancia o mayor movimiento de los mismos, mayor será el ángulo entre los trayectos de laterotrusión y mediotrusión. Por lo tanto la anatomía oclusal y sobretodo el patrón de crestas y surcos no están diseñados al azar, sino que están estrechamente relacionados a la ATM y sus movimientos, de ahí deriva la importancia de tomarlos en cuenta al momento de restaurar o rehabilitar un paciente.