Como creo hemos comentado en alguna otra oportunidad, no hemos justificado la manufactura o presentación de una nota del editor en cada uno de los números de nuestra revista, pero esta vez, es más que eso, es una necesidad inmensa de agradecer a la vida el haber tenido la suerte de conocer un personaje, que por sus dotes de gente, profesionalismo, su pasión por la docencia y la gran motivación por la investigación, con el sobreañadido de ser una linda mujer, en los últimos días de este año se nos ha ido, quien dejara en todos cuantos le hubimos conocido una honda huella de pesar.
Ana María nace el 26 de Julio de 1959, hija de Reinaldo Rodríguez Navarro y Nelly Centeno de Navarro. Era la 4ta de seis hermanos (Reinaldo, Nelly, Rafael, Alfredo y María Eugenia). En muchas ocasiones hablamos sobre familia y ella relataba que su padre, abogado y profesor universitario, enseñó a sus hijos, a luchar siempre, sin desanimo, con tenacidad, pero nunca a enajenar ni la amistad sincera ni el afecto de los suyos, porque ellos serían siempre su mejor ayuda y su verdadera riqueza.
De su madre siempre comentaba, que en tiempos difíciles no perdía ni su optimismo ni su gran sentido del humor, y le decía que al día siguiente un panorama más claro les daría una perspectiva diferente para enfrentar y resolver la situación.
En el año 1965 comienza sus estudios de primaria en el Colegio el Carmelo y allí mismo realiza el bachillerato. Se gradúa de Bachiller en Ciencias en 1976.
Ana María Rodríguez Centeno, ingresa a la Facultad de Odontología de la Universidad Central de Venezuela en el año de 1.977. Al aprobar la materia de Endodoncia concursa y gana la preparaduría de esa cátedra. Esta es la primera evidencia que obtuvimos de lo que en los años por venir seria su brillante vida académica. Compitiendo por el Premio Facultad de Odontología, se le confiere el título de Odontólogo el 11 de enero 1.982. Siete meses más tarde, en agosto, ingresa a esa misma Facultad como Docente Temporal a medio tiempo en la Cátedra de Clínica Integral.
En marzo del 83, la designan como Jefe del Servicio Clínico Nocturno y de la Sala Clínica de planta baja, en septiembre del mismo año la transfieren con las mismas responsabilidades a la Sala Clínica del 3er piso hasta marzo del 84, cuando le asignan la clínica del 4 piso. Durante esos 2 años, lee, estudia indaga, cuestiona, para prepararse para el Concurso de Oposición que la llevaría al cargo de Instructor por Concurso. En julio del 84, presenta y aprueba de forma destacada las pruebas de dicho requisito académico. Entre septiembre del 84 y noviembre de 1993 dedica todo su conocimiento a la formación analítica de los estudiantes del pregrado.
Al comenzar la década de los 90, su inquieta y acuciosa mente la lleva a plantearse su primer trabajo de investigación. Se asesora con la Profesora Ana María Acevedo y esta le sugiere que tome como línea de investigación los efectos de los compuestos fluorurados en el control del proceso carioso. Tras unas cuantas deliberaciones, decide investigar sobre los dentífricos y su acción en la enfermedad caries dental. Sin descuidar sus responsabilidades en las salas clínicas, saca tiempo para realizar los experimentos en el laboratorio del Instituto de Biomateriales y, en abril de 1996 presenta los resultados bajo el título "EL EFECTO REMINERALIZANTE DE ALGUNAS PASTAS DENTALES QUE SE EXPENDEN EN EL PAIS" Esa investigación, la llevó al grado de Profesor Asistente en el escalafón académico universitario.
Su presencia como conferencista o asistente a congresos y seminarios fue constante, no solo en el país, sino en el extranjero, así en marzo de 1992, se le selecciona para asistir al primer seminario sobre salud bucal en Latinoamérica que se realizó en Cincinati, Ohio, USA y al año siguiente asiste al segundo del mismo nombre que se realizó en Miami, Florida, USA.
Ana María tuvo una participación importantísima en la creación de la Sociedad Venezolana de Operatoria Dental, Estética y Biomateriales. Fue miembro de la primera Junta Directiva que se instaló el 28 de Julio de 1999. Tuvo una destacadísima actuación como Tesorera, un cargo muy complicado por tener que velar por el patrimonio de la Sociedad, pero afortunadamente con los valores éticos y morales formados familiarmente y reforzados en las instituciones educativas donde realizó estudios, logró dejar consolidado el patrimonio económico de la institución. Este cargo lo ejerció hasta el 2005.
Esa Directiva, por ser la primera, no tuvo una Comisión Organizadora para su 1er Congreso, por lo tanto, ella ejerció en paralelo las funciones de Tesorera de la Sociedad y del Congreso. Ese evento tiene el record de mayor asistencia de los organizados por las Sociedades Científicas Odontológicas, como consecuencia su manejo económico se multiplicó, lo que resalta aún más la labor que hubo realizado.
Esta Sociedad que hoy nos congrega, le otorgó un reconocimiento por su ardua y tenaz labor en su creación y perfeccionamiento el 28 de julio del 2.011.
Así mismo, el Colegio de Odontólogos Metropolitano el 3 de octubre del 2.009 le confiere la Medalla Luisa Romero de Johnston por sus servicios profesionales, académicos, culturales y científicos, resumiendo en esa condecoración las aristas que pulió en su vida profesional.
Tuvo 2 hijos, Manuel Alejandro, Ingeniero Eléctrico y Juan Andrés, cursante del último año de Medicina. Ellos fueron lo más importante de su vida y si algo la hizo vivir con intensidad, fue el logro de su felicidad….. Y lo consiguió.
Ana María siempre manejó el tema familiar con amor, con pasión, alegría, entusiasmo e Ilusión. Trató a sus sobrinos como hijos, ayudando en el camino a quienes transitaron junto a ella y unificando cuando fue necesario. Su esencia quedó impregnada en el corazón de sus familiares.
Su pasión por los deportes la llevo a incursionar en el montañismo, ciclismo, spinning, aeróbicos y la halterofilia. En 1997 comienza a correr de forma disciplinada y entre ese año y el 2006, sube al podio 22 veces; en 2 ocasiones como ganadora absoluta, 6 en el primer lugar, 8 en la segunda posición y 6 a la derecha del ganador.
A partir del 2006 y ya diagnosticada con cáncer realizó 2 maratones, varios medio maratones, y un triatlón olímpico, en los juegos Nacionales Odontológicos en carreras de 5 k. No les quede a ustedes duda alguna que sus compañeros de equipo y en especial Iván Alfonso, catalogaban estos triunfos de forma exponencial al compararlos con lo que obtuvo en plenitud de facultades.
Enamorada de la endodoncia asistió a los congresos y reuniones que realizó la Sociedad Venezolana de esa especialidad, pero, y esta es una muestra más de una mente brillante, correlacionaba esta disciplina con la restauradora, biomateriales, periodoncia y las ciencias básicas, razón por la cual al analizar su currículo para esta reseña vemos como intervino en seminarios, jornadas y congresos de esas especialidades. Los que tuvimos la oportunidad de sentarnos a su lado en esas actividades nos acostumbramos a que se nos acercara al oído y enfilara preguntas como: ¿y si hubiese aumentado la muestra, el resultado sería el mismo?, ¿y en la clínica se obtendrá el mismo resultado que en el laboratorio? Para los que vivimos esa experiencia era difícil mantener su paso.
Su presencia como conferencista o asistente a congresos y seminarios fue constante, no solo en el país, sino en el extranjero, así en marzo de 1992, se le selecciona para asistir al primer seminario sobre salud bucal en Latinoamérica que se realizó en Cincinati, Ohio, USA y al año siguiente asiste al segundo del mismo nombre que se realizó en Miami, Florida, USA.
Ana María tuvo una participación importantísima en la creación de la Sociedad Venezolana de Operatoria Dental, Estética y Biomateriales. Fue miembro de la primera Junta Directiva que se instaló el 28 de Julio de 1999. Tuvo una destacadísima actuación como Tesorera, un cargo muy complicado por tener que velar por el patrimonio de la Sociedad, pero afortunadamente con los valores éticos y morales formados familiarmente y reforzados en las instituciones educativas donde realizó estudios, logró dejar consolidado el patrimonio económico de la institución. Este cargo lo ejerció hasta el 2005.
Esa Directiva, por ser la primera, no tuvo una Comisión Organizadora para su 1er Congreso, por lo tanto, ella ejerció en paralelo las funciones de Tesorera de la Sociedad y del Congreso. Ese evento tiene el record de mayor asistencia de los organizados por las Sociedades Científicas Odontológicas, como consecuencia su manejo económico se multiplicó, lo que resalta aún más la labor que hubo realizado.
Esta Sociedad que hoy nos congrega, le otorgó un reconocimiento por su ardua y tenaz labor en su creación y perfeccionamiento el 28 de julio del 2.011.
Así mismo, el Colegio de Odontólogos Metropolitano el 3 de octubre del 2.009 le confiere la Medalla Luisa Romero de Johnston por sus servicios profesionales, académicos, culturales y científicos, resumiendo en esa condecoración las aristas que pulió en su vida profesional.
Durante su estadía en el laboratorio de Biomateriales, algo ocurrió, tanto en Ana María como en los profesores de esa Catedra. Ella encontró una nueva faceta de la vida académica: la creación de conocimiento a través de la investigación, mientras que los profesores que la conformábamos comprobamos in vivo lo que in vitro ya sabíamos: su capacidad intelectual, de análisis, su agudeza mental y su rapidez para el doble sentido; en consecuencia decidimos enamorarla y raptarla para nuestra Catedra, objetivo que se hizo realidad el 25 de noviembre de 1993.
En enero de 1994 comienza como profesor de los seminarios de los postgrados en los cuales biomateriales interviene, Prostodoncia, Operatoria y Odontología Infantil. La catedra le asigna el estudio, análisis y selección de la literatura que se discutiría en esos seminarios, y allí corroboramos que el rapto había sido un acierto. Por su parte, los estudiantes graduados ven ella la figura materna a la cual pedirle consejos para el análisis de la literatura científica que se les asignaba, y Ana, como excelente madre los guía, pero no por eso baja sus estándares de exigencia que ella predica y se exige.
En el año de 1995, vuelve a mostrar sus capacidades de investigación, esta vez fuera del país. El Instituto de Investigación Dental de la Universidad de Indiana, USA, abre una oportunidad para realizar investigaciones conjuntamente con universidades de Iberoamérica; el Instituto de Biomateriales de la F de O de la UCV presenta un proyecto en el cual, parte se realizaría en la UCV y parte en Indiana, su proyecto gana la lid y ella se prepara para partir. Con la primera parte de los experimentos realizados en Caracas, Ana llega a Indianápolis un domingo al atardecer, al lunes siguiente y durante quince días continuos trabaja de 7 am hasta las 7 pm en el laboratorio del Instituto. Regresa a Venezuela con el compromiso que en un mes debía realizar los experimentos para regresar por quince días más a Indianápolis y concluir allá la fase experimental y los análisis estadísticos.
Esa investigación comparó el efecto sobre el contenido mineral de lesiones cariosas incipientes antes y después de ser tratados con tres dentífricos fluorurados y un placebo.
Sus resultados los presentó en la 74 reunión anual de la Asociación Internacional para la Investigación Dental en San Francisco, California en Marzo de 1996 (Resúmenes 2.320 y 2.321).
Durante ese mes en Indiana, Ana María se ganó el respeto y admiración de los investigadores del referido centro, ella, por su parte, siempre reconoció que esa pasantía de trabajo duro la había llenado en sus inquietudes intelectuales y conferido una visión diferente de la vida académica.
Sin dejar de lado su línea de investigación, decide explorar sobre los métodos de acabado y pulido sobre resinas compuestas y comienza una investigación en el 2.006…, su enfermedad no permitió su culminación.
Para los miembros de la Cátedra de Biomateriales de la Facultad de Odontología de la Universidad Central de Venezuela no fue una docente más, es y será siempre un ejemplo a seguir, Ana María fallece el 19 de diciembre de 2014, para los que disfrutamos de su amistad y cariño su prematura partida nos lleva a reflexionar en lo efímero de la vida, y la trascendencia de nuestras acciones en ella, por ello cierro estas palabras con un poema de Mario Benedetti que refleja mi amor por la amiga que partió.
Señoras, señores!!.
Discurso pronunciado por el
Prof. Alfonso Maldonado Dueñas
En Caracas, 24 de abril de 2015
Celebración del V Congreso de la Sociedad Venezolana de Operatoria Dental, Estética y Biomateriales