Editorial

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La investigación científica junto a la docencia son puntales de desarrollo en cualquier país del mundo, el crecimiento de las grandes potencias económicas, industriales y culturales ha estado siempre acompañado de políticas de incentivos para estimular la formación de investigadores que propulsen las nuevas tecnologías en salud, alimentación e industrialización que hacen crecer al aparato productivo de las naciones.

La mayor fuente de investigación en la mayoría de los países nace en las universidades donde los docentes establecen líneas de investigación que son seguidas luego de el estudio de las prioridades autóctonas del país, esos investigadores que cumplen actividades docentes tienen dedicaciones que por lo general sobrepasan la cantidad de horas para las que han sido contratados, sin embargo su dedicación esta en regla general por encima de esas trivialidades y se entregan por completo a su trabajo sin esperar mas que una remuneración justa para poder vivir de manera digna.

En Venezuela en las ultimas décadas el desestímulo a la docencia y a la investigación ha sido una constante en la que las autoridades a quienes corresponde evaluar el desempeño de los docentes e investigadores universitarios no pareciera preocuparles el nivel cada vez mas deteriorado de ingresos de estos, coyuntura que ha sido aprovechada por el sector privado para substraer los talentos universitarios y llevarlos hacia este sector, si a esto sumamos la migración de industrias, laboratorios y otros hacia países vecinos buscando marcos de seguridad jurídica claros y estables ante incertidumbres en muchos casos injustificadas.

La no reposición de cargos de los profesores jubilados y el bajo sueldo que se ofrece a los nuevos profesores crea una crisis docente y de investigación en la cual los profesores que tienen a su cargo proyectos y actividades docentes se ven sobrecargados a niveles de ejercer las funciones de dos o tres personas que ha salido por jubilaciones, retiros, enfermedad u otros, llevándolos a acercarse al borde de la ineficacia por no poder concentrar sus actividades

Los concursos de oposición se declaran desiertos en muchos casos por la falta de estimulo económico en la que un empleado en cualquier oficina privada tiene un sueldo superior al que se le ofrece a un profesor a medio tiempo (24 horas semanales) exigiéndosele que tenga títulos de 4º nivel ya sea especialidad o maestría, donde todos sabemos que el tiempo de preparación de clases, exámenes y de investigación sobrepasa las horas contratadas y que muchos lo hacemos a gusto, pero como reza el dicho popular "Amor con hambre no dura" . Se hace necesaria una revisión de las políticas de ingresos, y remuneración de los profesores universitarios si deseamos estimular la formación de buenos profesionales y la implementación de líneas sostenidas de investigación.

Oscar Quirós A.