Estética en odontología. Parte II: papel de los principios estéticos en la odontología
ESTHETIC IN DENTISTRY. PART II. ROL OF THE ESTHETIC PRINCIPLES IN DENTISTRY.
Autores:
Olga González Blanco. Odontólogo U.C.V., Magíster Scientiarum en Odontología Restauradora y Oclusión Universidad de Michigan, Profesor Asociado Facultad de Odontología U.C.V.
Ana Lorena Solórzano Peláez. Odontólogo U.C.V., Especialista en Prostodoncia U.C.V., Profesor Contratado Facultad de Odontología U.C.V.
Rebeca Balda Zavarce. Odontólogo U.C.V., Magíster Scientiarum en Prostodoncia U.C.V., Profesor Titular Facultad de Odontología U.C.V.
Institución: Postgrado de la Facultad de Odontología de la Universidad Central de Venezuela.
Resumen:
La comprensión de los principios estéticos debería permitir una evaluación lógica de los fundamentos de la belleza. Esto requiere de un entrenamiento en estética que permita el desarrollo de un criterio objetivo. las investigaciones han permitido la formulación y verificación de un grupo de principios de la percepción visual. La formulación de estos principios o parámetros se puede usar como una guía. Se discuten la composición, la unidad, el dominio, la fuerzas cohesivas y segregativas, la proporción, la simetría y la personalidad.
Palabras claves: Principios estéticos, elementos estéticos.
Abstract: The comprehension of esthetic principles should permit a logical evaluation of the fundamentals of beauty. This requires esthetic training to allow the development of an objetive criteria. Investigations have resulted in the formulation and verification of a set of principles of visual perception. The formulation of those principles or parameters may be used as a guide. Composition, unity, dominance, cohesive and segregative forces, balance, proportion, simmetry and personality are discussed.
Key word: Esthetic principles, esthetic elements.
INTRODUCCIÓN.
Para evaluar, diagnosticar y resolver problemas estéticos con cierto grado de acierto se requiere un enfoque sistemático y organizado. Los dos objetivos principales en odontología estética son
crear dientes de proporciones placenteras en relación a los otros dientes y
crear un arreglo dentario en armonía con la encía, los labios y la cara del paciente(1).
La odontología estética puede mejorar la apariencia de la cara a través de procedimientos que día a día ganan más aceptación en nuestra sociedad. Podemos obtener resultados sorprendentes con la incorporación de los principios fundamentales del diseño de una sonrisa apropiada(2). NUESTRA META ES LOGRAR UNA COMPOSICIÓN DE LA SONRISA PLACENTERA, de acuerdo a ciertos principios(1). El objetivo de este artículo es describir el papel de los principios estéticos en la odontología.
PRINCIPIOS DE ESTÉTICA.
COMPOSICIÓN.
La propiedad fisiológica del ojo es la visión, ésta es posible si el ojo puede diferenciar y esto es posible, si hay contraste (por colores, por líneas y por texturas). La visibilidad es directamente proporcional a la cantidad de contrastes. Si el contraste incrementa, aumenta la visibilidad por el contrario si disminuye el contraste, disminuye la visibilidad. Por su puesto, es necesario una buen a cantidad de luz que ilumine dicho contraste(3,4). La relación entre objetos que se hace visible por contraste se llama composición.
En nuestro campo usaremos composición dental, dentofacial y facial(4) (figura 1). El odontólogo encargado de lograr una sonrisa bella deberá controlar los factores involucrados en la composición(3).
UNIDAD.
El primer requisito para una composición es la unidad que dará a las diferentes partes de la composición los efectos de un todo(3, 4). El todo será una entidad mayor que la suma de las partes, así como la melodía, es una nueva entidad mayor separada de la colección de notas de una composición. Hay dos tipos de unidad: la estática y la dinámica. La primera se refiere a la compuesta de formas geométricas y regulares, como las formas inorgánicas naturales, por ejemplo: las hojuelas de nieve, los cristales, las gotas de agua (figura 2). La segunda se refiere a plantas y animales, son unidades dinámicas. Las primeras son pasivas e inertes mientras que las últimas son activas, vivientes y crecientes(3) (figura 3).
Factores como la edad, el sexo y la personalidad son extremadamente importante porque ellas proveen un tipo de unidad subjetiva necesaria para dar un efecto total específico de una vida, una edad y un lugar en el tiempo. El odontólogo debe lograr la unidad dinámica, no la unidad estática(3).
DOMINIO.
El dominio no puede ser ignorado. Los objetos más grandes, más brillantes y más centrados atraen la atención(5). El dominio es un requisito primario para proveer unidad, así como la unidad es un requisito primario para proveer composición. El color, la forma y las líneas son factores que pueden crear dominio. El dominio implica la presencia de elementos similares subsecuentes que proporcionan fuertes factores de contraste(4).
Un grupo de objetos con un peso visual similar produce incoherencia en una composición a menos que ellos se coloquen siguiendo un patrón definido para lograr una composición estática(3).
La boca es el elemento dominante de la cara, domina por su tamaño, su movilidad, el significado fisiológico y los aspectos psicológicos involucrados. La cantidad de dominio viene dada por la personalidad del paciente y la fuerza de las facciones del rostro con las que la boca debe competir para lograr dominio(3, 4).
En cuanto a la composición dental, el dominio se puede incrementar haciendo más visibles los dientes, esto se puede lograr modificando el tamaño, logrando dientes más claros o colocándolos más vestibularizados e inclusive exponiendo un mayor largo gingivo-incisal3. En cualquier sonrisa el diente más dominante en el sector anterior por su alineación y tamaño debería ser el incisivo central superior(3, 6, 7). El siguiente dominio debería estar ubicado en la región del camino o premolar, uno de ellos debe marcar la esquina de la boca y con ello la fuerza visual en el arco, sin este dominio el arco luce natural sin vigor y sin individualidad. Esto debe estar en relación a la personalidad proyectada por el paciente(6).
En odontología, la evaluación de la belleza no debe ser restringida a la composición dental. El dominio es el factor clave requerido para proveer una evaluación más amplia de la composición dentofacial y la necesidad de una integración armoniosa de una composición dental en una estructura facial(4).
Rufenacht(4) estableció como principio que el dominio debe ser evaluado a la luz de la connotación física y psicológica.
FUERZAS COHESIVAS Y SEGREGATIVAS.
Los elementos que tienden a unificar una composición son fuerzas cohesivas. El arreglo de los elementos en una forma definida, de acuerdo a un principio o, inclusive, un borde es una fuerza cohesiva. Las fuerzas segregativas proveen variedad en la unidad, para hacer un diseño efectivo porque aun si los elementos deben ser colocados juntos en un todo, deben ser arreglados de una manera interesante(3, 4).
Rufenacht(4) establece un principio en relación a estos factores de modo tal que en una composición dentofacial, la armonía dependerá del equilibrio creado entre las fuerzas cohesivas y segregativas.
BALANCE.
El balance se refiere al equilibrio óptimo percibido en una composición(5). El balance puede ser definido como la estabilización resultante del ajuste exacto de fuerzas opuestas. Se sugiere estabilidad cuando todas las partes son ajustadas apropiadamente unas a otras y cuando ninguno de los elementos constituyentes está fuera de proporción. El equilibrio no se refiere solo a fuerzas o peso sino también a la estética. Una composición balanceada luce pacífico, estable o permanente porque se elimina la tensión visual(3, 4, 5). Generalmente, el balance derecho y el izquierdo deben ser considerados en términos de peso visual sobre un fulcrum localizado centralmente. En relación al balance, las cosas ubicadas más lejos del centro tienen más impacto que aquellas más cercanas(4)(figura 4).
El balance debe lograr en una composición exitosa. Cualquier peso visual adicional a uno de los lados del fulcrum requiere una compensación que balancee el otro lado de la línea media. Además, se debe considerar el principio de iluminación cuando se habla de balance. Un objeto más claro será percibido como más grande y este tendrá más peso visual(3).
La boca, la cara o la cabeza pueden exhibir campos complicados y difíciles de fuerzas de diferente naturaleza que dependerán directamente de la distancia desde la cual el observador se ubique para analizar y elaborar un juicio estético(4). Por tanto, para Lombardi(3), una dentadura estética tiene su línea media colocada en una posición estable donde el peso y la dirección visual están en equilibrio a ambos lados.
PROPORCIÓN.
Así como la música es el estudios de la armonía del sonido en el espacio, la proporción es el estudio de la armonía de las estructuras en el espacio6. La armonía se desarrolla a través del ritmo y la repetición(5).
El concepto de belleza se relaciona con frecuencia a la armonía en proporción. El hablar de proporción, denota una noción de relación, porcentaje o medida en su determinación e implica la cuantificación de normas que pueden aplicarse a cada realidad física. La división satisfactoria de una superficie en partes que contraste en forma y tamaño, aún más, relacionando una a otra se llama radio repetido. El lenguaje de las matemáticas se ha considerado siempre como una referencia relativa al entendimiento de la naturaleza(4). Muchos fenómenos naturales exhiben una proporción curiosa, con un efecto visual satisfactorio sobre forma geométricas(8).
La idea de la aplicación de este lenguaje a las artes como un criterio objetivo de evaluación ha atraído la atención de generaciones de filósofos, quienes han deseado probar la hipótesis que la belleza puede ser expresada matemáticamente.
La elaboración de una fórmula donde se evalúa un radio para la relación armoniosa entre dos partes, se ha usado desde tiempos inmemorables(6) y los llamados números dorados(9, 10, 11) dan crédito a esa fórmula. Este número dorado se ha utilizado como base desde la constitución de Partenón en Atenas, hasta el diseño contemporáneo(6, 8). Hay muchas manifestaciones de esta proporción en la naturaleza. La forma más simple de esta proporción se expresa a través de dos partes donde el radio entre ellas está en proporciones doradas, una de ellas es 1,618 veces más grande que la otra(6).
Polyclitus, quien produjo un estudio matemático de la belleza, afirmó la belleza depende de diferencias infinitas y resultados de la armonización de una multitud de números. Sin embargo, creer que la naturaleza y la belleza deben depender solamente de reglas numéricas obedecería a un deseo extremo de simplificación(4).
En odontología, el concepto de proporción y radio repetido se ha explorado en relación al tamaño de los dientes y a la división horizontal del área de la boca. Lombardi(3) destacó la importancia de la proporción entre ancho y largo en las dimensiones de los dientes individualmente y entre los tamaños de los dientes anteriores en conjunto. En base a esto, podemos establecer el radio entre el ancho del central superior con respecto al lateral superior, repitiendo el radio entre lateral y la parte mesial visible del canino y así sucesivamente hasta colocar todos los dientes en el espacio.
Si se sigue la fórmula de las proporciones doradas, una sonrisa vista directamente desde el frente se considera estéticamente adecuada si cada diente, comenzando desde la línea media, es aproximadamente el 60% del tamaño del diente inmediatamente anterior a éste. Esto se basa en la impresión que se recibe con los dientes de frente, es decir su tamaño aparente, no se refiere a tamaños medidos. Naturalmente, este teorema no es absoluto, es solo una guía práctica para establecer proporcionalidad(6, 7, 8, 12)(figura 5). Así mismo, el tercio inferior de la cara se divide en proporción dorada por el borde incisal de los dientes superiores cuando la cara está en reposo. Esto no es tan preciso y la variación está relacionada a la curvatura del mentón y a la de la punta de la nariz con respecto al labio superior(6). Para Chiche y Pinault(1) el término proporción que implica geometría y aritmética y asocia la belleza con valores numéricos debe ir de la mano con el término idealismo, que nos permite estudiar y replicar las formas perfectas de los dientes ante de crear una variación y una caracterización. Por tanto, la proporción y el idealismo son herramientas no metas, es decir, son guías útiles con las que el artista juega.
Hoy en día, pareciera más pertinente combinar la cuantificación numérica de la belleza con la cuantificación psicológica. Es decir, tarde o temprano se prestará atención a las proporciones, para alcanzar unos resultados confiables de estética, pro sin dejar de lado el efecto psicológico de las formas y la fenomenología de la percepción, para generar reacciones de evaluación de la estética(4). Para Rufernacht(4) el principio sería que la proporción dorada parece ser un ejemplo de armonía en la cual las fuerzas cohesivas y segregativas están igualmente integradas.
SIMETRÍA.
Una de las primeras preocupaciones en estética es la simetría. La simetría se refiere a la regularidad en el arreglo de la forma u objetos. La diferencia con el balance es que las cosas que están más lejos del centro crecen en importancia y peso. En simetría, todos los elementos son iguales en referencia a su posición con respecto a un punto central(4). Es decir, en odontología debe haber simetría a partir de la línea media(7).
Rufernacht(4) establece el siguiente principio: la simetría debe ser introducida en la composición dentofacial para crear una respuesta psicológica positiva.
Ahora bien, la simetría se refiere a regularidad en la alineación de los dientes y sirve para definir cuanta regularidad se requiere y cuanta asimetría se permite en una composición dental. Naturalmente, la percepción del paciente va a estar sujeta a variaciones culturales. De modo tal, que se hace necesaria una buena comunicación entre el paciente y el odontólogo y una buena educación del paciente sobre la apariencia natural de las dentaduras(1).
Una composición estética involucra una organización de los elementos concebidos alrededor de principios unificadores (unidad en variedad) pero con suficiente diversidad para crear interés (diversidad en unidad) (4). La variedad es critica para la belleza visual. La variación no se establece a través de leyes, el instinto y la sensibilidad del artista es terminante en este sentido(5).
Un diente puede estar rotado, ser más corto o ligeramente superpuesto en comparación con el lado opuesto, pero estas discrepancias menores le pueden conferir carácter a la sonrisa, alejándola de lo artificial y monótono de la perfección(11).
Unidad, proporción y simetría son requisitos que dan orden y propósito a una composición. Simetría es casi sinónimo de unidad, pero es necesaria una pequeñísima diversidad, porque una excesiva regularidad resultaría monótona. Las características faciales armoniosas son más simétricas cerca de la línea media facial y más asimétricas cuando se aleja de la línea media facial. Para una sonrisa placentera, mientras más cercano de la línea media la sonrisa debe ser más simétrica, mientras más lejano de la línea media, la sonrisa puede ser más asimétrica. Esto combina orden y espontaneidad. La meta en una sonrisa natural es lograr un balance placentero entre idealismo y diversidad(4).
PERSONALIDAD.
La estructura de la personalidad puede ser definida de acuerdo a los siguientes parámetros:
Individualidad, idénticas situaciones o estímulos producen una variedad de emociones que evalúan la individualidad única de cada ser humano.
Estabilidad, la conducta puede variar bajo la influencia del ambiente sin observar cambios estructurales de personalidad.
Motivación, luce como un estímulo y los resultados de ellos se pueden observar.
Anatomía, los eventos solo existen a través del significado que a ellos se le otorgan(4).
El efecto final que se puede lograr en la composición dentofacial depende grandemente de la percepción objetiva y la integración de estos parámetros en las rehabilitaciones, asumiendo que la calidad técnica es una constante confiable.
REFERENCIAS.
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