La formación de la caries es un problema complejo, pero básicamente el inicio y progreso de la lesión cariosa requiere: la formación de placa, la existencia de un sustrato fermentable, un diente susceptible y un suficiente período de tiempo que permita no sólo la producción de ácido por las bacterias de la placa sino también la desmineralización del tejido duro del diente. Si la leche humana es o no productora de caries depende también de estas condiciones. (20)
A pesar que los reportes clínicos de caries atribuibles a la lactancia materna son escasos (20), los mayores esfuerzos deben realizarse para determinar las circunstancias que median la aparición de este tipo de caries (24). El objetivo fundamental de esta revisión bibliográfica es determinar si la leche materna es más cariogénica que la leche de vaca o las fórmulas lácteas y de esta forma lograr emitir un consejo odontológico con fundamento científico.
Las ventajas nutricionales, sicológicas, inmunológicas e incluso económicas del amamantamiento la hacen la alimentación mas apropiada para los lactantes. En relación a su posible potencial cariogénico, la leche humana como solución azucarada es capaz de promover la desmineralización del esmalte siempre que se mantenga como sustrato disponible durante 8 horas seguidas tal como fué demostrado por Thomson y col. (24). Las mezclas de fórmulas lácteas y cereales constituyen soluciones de mayor concentración de hidratos de carbono y en consecuencia son más cariogénicas.
Palabras clave: Lactancia, caries dental, desmineralización esmalte
The initiation and progression of caries requires : the formation of dental plaque, the existance of a fermentable substrate, a susceptible tooth and a sufficient period of time for acid production (by bacterias of the dental plaque) and subsequent demineralisation of the dental enamel. Wheter or not breast feeding may result in caries depends upon the above conditions. (20)
Instead the clinical reports of caries attributable to on demand breast feeding are extremely rare (20), every effort should be made to determine the rae circumstances under which caries to breast-feeding occurs. (24). The aim of this revision of the literature was to determine whether human milk has a higher cariogenic potential than bovine milk and infant formulas, and subsequently give a dentist advice with scientific base.
The nutritional, phychological , immunological advantages of the breast-feeding, make it the most appropriate alimentation for the infants. The human milk, as a solution that contains lactose may promote the tooth desmineralisation when in prolonged contact with dental enamel (8 hours).This was demonstrate by Thomson et al., 1996 (24). The infant formulas and cereal mixing are solutions that contains more carbohydrates fermentable by bacterias of dental plaque and subsequently have a higher cariogenic potential.
Key words: Lactancy, dental caries, desmineralization, enamel
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La afectación severa de la dentición temporal en el lactante se asocia frecuentemente al hábito de dormir con: biberones que contengan leche y/o sustancias azucaradas, pacificadores endulzados y succionando leche materna(12).
El diagnóstico de caries de biberón y caries por amamantamiento exclusivamente a los hábitos mencionados anteriormente no es tarea fácil para el profesional. A partir de los seis meses de edad se producen dos eventos determinantes para la instalación de la lesión cariosa; en primer lugar comienza la emergencia de los primeros dientes decíduos y en segundo lugar, la alimentación es mixta incorporándose otros nutrientes que también tienen potencial cariogénico (cereales, frutas, verduras). Si se determina la capacidad de la leche para producir caries, sólo se estará evaluando parte del sustrato utilizado por los microorganismos cariogénicos. De forma tal que el odontólogo en presencia de un cuadro clínico característico (amplia destrucción de los cuatro incisivos superiores, sin afectación de los cuatro incisivos inferiores), ya descrito por muchos autores, debe mediante interrogatorio, apoyarse en la existencia o no del hábito de dormir con el biberón o amamantando y/o a la ausencia de higiene bucal posterior a la última ración alimenticia recibida antes de dormir.
Existe la percepción entre los terapeutas que la caries por amamantamiento es menos frecuente que la producida por la alimentación con fórmulas artificiales, lo cual puede deberse a varias razones:
De forma tal que en el futuro deben ser realizados estudios que nos permitan determinar las diferencias en cuanto a la caries producida por biberón y la producida por la alimentación del seno materno, a fin de dar una justa dimensión del problema desde el punto de vista clínico.
Este es un tema de investigación que está recobrando la atención de especialistas en el área, interesados en evitar la instalación de enfermedades bucales que afecten el estado general de salud en niños de corta edad en franco proceso de crecimiento.
La leche materna desde el punto de vista bioquímico, es una solución, ya que contiene proteínas, lactosa, minerales y vitaminas hidrosolubles, y es también, una emulsión porque contiene grasa y vitaminas hiposolubles (11). Las diferencias en la composición entre la leche humana y la de vaca se resumen en la tabla 1.
La cantidad y la composición de la leche segregada varía según el período de lactancia, adaptándose progresivamente a las necesidades del niño las cuales a su vez también evolucionan.
La leche madura (a partir de los 30 días del período post-natal) se vuelve menos espesa y comienza verse azulosa y aguada. A pesar de su aspecto, esta leche contiene todos los nutrientes que el niño necesita para crecer durante los primeros seis meses sin recibir nada más. (17)
Estos nutrientes son de excelente calidad y en suficiente cantidad, para que el niño los siga recibiendo, junto con los alimentos complementarios por un tiempo largo, incluso hasta los dos años de vida y durante un período más largo si la madre y el niño así lo desean. (17)
Yoneyama y col. (26), realizaron estudios para determinar los cambios en la composición de la leche de 26 mujeres lactantes durante los primeros 12 meses del período de lactancia. Encontraron que, la concentración de calcio permanece constante durante los primeros 5 meses y disminuye significativamente a partir de este momento; los niveles de calcio no son alterados por los cambios en la cantidad de leche producida. La concentración de proteínas disminuye en un 30% (aproximadamente) durante los primeros 6 meses, posteriormente aumenta significativamente cuando se producen descensos rápidos en la producción de la leche pero disminuye significativamente cuando los descensos en la producción son graduales. La concentración de lactosa permanece constante durante los primeros 10 meses pero se incrementa gradualmente a partir de este momento. La concentración de grasa no sufre variaciones durante el primer año del período de lactancia.
Algunos autores (24) han sugerido que es necesario tomar en cuenta si la dieta de la madre es capaz de modificar el potencial cariogénico de la leche segregada, es por ello que van a ser analizados los cambios en la composición de la leche relacionados a la dieta de la madre.
Tanto la cantidad de leche como su composición, están sometidas a grandes variaciones individuales. Dependen en primer lugar, de la herencia y en segundo lugar, de la alimentación de la madre. En general cuando existe déficit de un principio alimenticio dado, la mama no segrega leche menos rica en tal principio sino que reduce la cantidad de leche segregada. (7)
Cuando en la alimentación de la madre escasean por ejemplo: el calcio y el fosfato, el organismo mantiene a nivel casi normal la concentración de estos elementos en la leche, a expensas del calcio y del fósforo de los huesos que sufren un proceso de desmineralización. (7).
Miller y col. (14), estudiaron los efectos que son producidos en la composición de la leche en dos grupos de ovejas, cuando ingieren dietas ricas y deficientes de calcio (respectivamente), de los 7 a los 42 días del período post-natal. Los resultados demuestran que la regulación fisiológica del calcio es tan efectiva que las alteraciones en la dieta (en lo referente a este mineral) tienen efecto mínimo en las concentraciones de calcio y de las proteínas de la leche producida, pero dietas deficientes en calcio logran aumentar las concentraciones de lactosa en la secreción.
Pine y col. (18), demostraron mediante estudios realizados en animales (durante los primeros 12 días del período postparto) que, dietas pobres en proteínas se traducen en una disminución en la concentración proteíca y lipídica de la leche segregada sin afectar la concentración de lactosa. Las alteraciones (descenso o aumento) en la cantidad de proteínas de la dieta no producen cambios en las concentraciones de calcio.
La lactosa es un disacárido exclusivo de la leche. Está constituida por los monosacáridos: glucosa y galactosa. Comienza a ser sintetizada por la influencia de varias hormonas (insulina, cortisona, estrógenos, etc.) en las últimas semanas del embarazo, en las células de la glándula mamaria. Para la síntesis de la lactosa se utilizan moléculas de glucosa provenientes de la sangre. La participación de la glucosa en la síntesis de la lactosa, en parte asegura al bebé un aporte permanente de esta sustancia. (10).
Parece lógico pensar que elevaciones en la cantidad de glucosa en sangre producidas por una dieta rica en carbohidratos o por enfermedades sistémicas como la diabetes pueden aumentar la concentración de lactosa en la leche segregada. Sin embargo, Lanoue y col. (13) realizaron un estudio experimental en ratas alimentadas con dietas con un contenido de glucosa del: 0, 12, 24 y 60%, desde el segundo hasta el décimo quinto día del período postnatal, para determinar los cambios ocurridos en la composición de la leche segregada. Los resultados se muestran en la figura 1.
Los animales alimentados con dietas a base de 0% de glucosa no sobrevivieron mas de 24 horas. Elevaciones en la cantidad de glucosa de la dieta no producen cambios significativos en la concentración de proteínas y de lactosa, pero aumentos graduales de glucosa en la dieta se traducen en incrementos proporcionales en la concentración de grasas de la leche segregada.
En consecuencia, aún cuando la madre lactante tenga una dieta rica en carbohidratos, la leche que produce no tiene potencial cariogénico elevado.
En general, bajos contenidos de lactosa van asociados con altos contenidos de grasas. (10). Se considera que deben realizarse estudios que permitan establecer los efectos de una dieta con bajos contenidos de grasa, sobre los niveles de lactosa en la secreción mamaria; apoyados en la hipótesis que la relación grasa-lactosa es inversamente proporcional y bidireccional. Por otro lado, los estudios experimentales en animales descritos anteriormente, se realizaron para determinar los cambios que son producidos en los nutrientes de la leche segregada a consecuencia de dietas que han sido proporcionadas por cortos períodos de tiempo, es probable que otros resultados puedan obtenerse a medida que la lactancia se prolonga. Por otro lado, la extrapolación de estos resultados debe ser hecha con sumo cuidado ya que la composición de la leche de todas las especies mamíferas es altamente específica y varía entre las mismas.
Se ha demostrado que la grasa contenida en los alimentos tiene un efecto anticariogénico ya que pueden ofrecer protección al cubrir los dientes y reducir la retención de azúcar y también a la placa al cambiar la actividad superficial del esmalte. Las grasas además pueden tener efectos tóxicos sobre las bacterias orales y disminuir la solubilidad del azúcar (19)
Este hecho es significativamente interesante debido a que la cantidad de grasa permanece constante (mientras no existan graves deficiencias en la cuota proteica de la dieta de la madre) pero varía en la leche del principio y del final de la mamada. La leche del comienzo tiene un aspecto acuoso y es de color azulado. Como tiene mucha agua le calma la sed al niño, a la vez también es rica en vitaminas, minerales y lactosa. La leche del final de la mamada es más blanca que la del comienzo debido a que tiene mayor contenido de grasa, la cual le confiere a la leche un componente rico en energía necesario para que el niño quede satisfecho y aumente de peso apropiadamente. (17)
Si se cambia al niño muy rápidamente de un pecho a otro sin que haya obtenido la leche del final, se desaprovecha el efecto detergente de la grasa como mecanismo anticariogénico. La grasa de la leche materna representa una ventaja importante cuando es comparada con las fórmulas artificiales ya que protege a los dientes de los productos del metabolismo de bacterias cariogénicas.
El factor alimentario más importante para el incremento de la cantidad de leche es el aumento de la cuota proteica de la dieta, especialmente de las proteínas de alto valor biológico, como las de los huevos, la leche, y entre los alimentos de origen vegetal, el arroz. (7)
Prácticamente todas las madres tienen leche suficiente, es el niño quien al succionar activa la secreción. La leche "mala" no es sino un mito. (10).
Durante el período de amamantamiento el niño debe presionar con la lengua los senos lactíferos para obtener la leche. Si por el contrario, la alimentación es mediante biberón, el niño no necesita ningún esfuerzo para darle forma a la tetilla dentro de su boca. (17).
Los movimientos de la lengua y la actividad incrementada del conjunto de músculos suprahiodeos juega un rol importante en los períodos de succión durante el amamantamiento. (23).
Este fenómeno no solo instala las bases para un mejor crecimiento y desarrollo de los maxilares sino que también favorece el mecanismo de autolimpieza, ya que un mayor movimientos de carrillos, labios y lengua median el efecto removedor de la placa dental.
Thomson y col. (24) determinaron en un estudio "in vitro" que el pH de la leche humana tiene un valor de 7.00 (11). Cuando a la leche humana con un valor de pH de 6.4 (previamente determinado) se le añade saliva, se produce un descenso a 4.57 en un período de 7.5 horas; a diferencia de la caída de pH que se produce en la leche de vaca (de 6.52 a 5.01) en el mismo período de tiempo. Sin embargo, esta diferencia no es estadísticamente significativa. Cuando a la leche de vaca se le agrega una solución al 2% de lactosa, el pH no disminuye mas de 0.03 unidades. Por último, una solución al 5% de lactosa experimenta una caída de pH hasta 4.28 al añadir saliva. (24). (Ver tabla 2)
Rugg-Gunn y col. (20) en un estudio "in situ" midieron los cambios en el pH de la placa dental de 14 sujetos voluntarios que realizaron enjuagues bucales con 4 soluciones azucaradas, (lactosa al 7%, sacarosa al 7%, leche humana y leche de vaca), el menor descenso de pH (5.40) fué observado en la solución de sacarosa al 7%, seguido de la solución de lactosa al 7% (pH= 5.79). En el caso de la leche humana y la leche de vaca las diferencias no fueron estadísticamente significativas. (pH= 6.26 y pH= 6.36 respectivamente). Ver figura 2.
Del análisis de los resultados de los estudios citados anteriormente, se concluye:
El efecto anticariogénico de la leche es atribuida al alto porcentaje de caseína (20). Esta sustancia es una fosfoproteína (0.5% en la leche humana y 3% en leche de vaca) cuya propiedad cariostática se atribuye a:
Rugg-Gunn y col. (20) realizaron la medición "in vitro" de la cantidad de calcio proveniente del esmalte disuelto de 5 mezclas diferentes:
Se demostró que la cantidad de calcio disuelto fue mayor en la mezcla de leche humana y saliva que en la mezcla de leche de vaca y saliva. A pesar que esta diferencia no es estadísticamente significativa, el fenómeno puede deberse a los siguientes factores (ver tabla 1):
Thomson y col (24) obtuvieron resultados similares en estudios intrabucales realizados con la finalidad de determinar el potencial cariogénico de la leche humana.
Sin embargo, Araujo y col. (1), establecieron mediante estudios realizados in situ, que la leche materna no es cariogénica cuando es comparada con una solución de sacarosa al 20%. Es necesario recalcar que estos autores sumergieron un grupo de terceros molares en cada solución (leche humana y sol. de sacarosa al 20%) y determinaron el contaje de SM y LB, los polisacáridos y la cantidad de fósforo en la placa dental formada sobre estos dientes, pero no especifican el tiempo por el cual los dientes permanecieron sumergidos, a diferencia de los estudios de Thomson y col. (24), donde los dientes estuvieron en contacto con leche materna durante ocho horas seguidas. Resulta evidente que el potencial cariogénico de los alimentos se ve incrementado siempre que se permita su permanencia intrabucal. La existencia de un sustrato fermentable por un tiempo prolongado trae como consecuencia la formación de ácidos que desmineralizan el esmalte dental.
En la caries de biberón o por amamantamiento, es posible que la cantidad y la duración de una fuente de carbohidratos puedan convertir un alimento no cariogénico, como la leche, en una fuente cariogénica. (22)
En la revisión bibliográfica realizada no fué encontrado ningún estudio que establezca las diferencias del potencial cariogénico entre la alimentación materna y artificial.
Industrialmente han sido desarrolladas diversas fórmulas artificiales para la alimentación del lactante, que intentan imitar la composición de la leche humana de acuerdo a las demandas nutricionales específicas para cada edad.
Dentro del mercado nacional puede encontrase un grupo muy heterogéneo de fórmulas lácteas a base de leche de vaca, cuyas modificaciones mas frecuentes consisten en: disminuir el tenor de proteínas, sustituir parte de la grasa animal por grasas vegetales y aumentar la cantidad de hidratos de carbono (6).
Estas variaciones nos permiten realizar la siguiente clasificación:
Especial atención merece que con frecuencia, la madre añade azúcar a los preparados con la finalidad de motivar al niño a ingerir la ración completa y por otro lado, con la falsa creencia que lo mantiene mejor nutrido, ya que el niño aumenta de peso.
Estudios realizados en 9 sujetos para determinar los cambios en el pH de la placa (inicial y una hora después) asociados al enjuague bucal con 8 fórmulas lácteas comerciales diferentes, demostraron que las fórmulas a partir de soya (sin caseína) producen caídas bruscas del pH (5.7), y en consecuencia aumentan el riesgo en la aparición de lesiones cariosas. (22).
La leche de vaca es producida por animales para alimentar a sus crías; el crecimiento, desarrollo y maduración de las mismas ocurre mucho más rápido que en los niños. Un becerro de un año de edad tiene ya órganos y tejidos capaces de funcionar como los de la madre adulta, lo cual no ocurre en un niño de un año de edad que es un ser totalmente dependiente de la progenitora. Difícilmente un niño es alimentado con este tipo de leche, sin embargo si este fuera el caso, los órganos del niño se verían forzados a metabolizar una solución sobresaturada de proteínas y electrolitos.
La supremacía de la lactancia materna cuando es comparada con la lactancia artificial es innegable. Las ventajas nutricionales, sicológicas, inmunológicas e incluso económicas del amamantamiento la hacen la alimentación más apropiada para los lactantes. Con relación a su posible potencial cariogénico, la leche humana como solución azucarada es capaz de promover la desmineralización del esmalte siempre que se mantenga como sustrato disponible durante 8 horas seguidas tal como fue demostrado por Thomson y col. (24). Las mezclas de fórmulas lácteas y cereales constituyen soluciones de mayor concentración de hidratos de carbono y en consecuencia son mas cariogénicas. Si el niño debe alimentarse con leche, es obvio que la leche materna es insustituible.
Mayores esfuerzos deben ser realizados para orientar tanto a los profesionales de la salud como a las madres de lactantes, en relación con los efectos perjudiciales del hábito de dormir con el biberón o amamantando. Por otro lado debe recomendarse a la madre que amamanta que, sólo debe suspender la comida cuando sienta el seno vacío, en caso contrario, el bebé no habrá obtenido la leche del final rica en grasas, que tienen efecto protector sobre los dientes frente al ataque de los ácidos producidos por los microorganismos cariogénicos. Generalmente la madre primeriza que no reconoce el vaciamiento del seno debe comenzar la ración por el último pecho, para terminar de vaciarlo.
En cualquier caso, si la ración alimenticia es usada como pacificador durante el sueño, la higiene bucal es la única alternativa para evitar el inicio y el progreso del proceso carioso. Los dientes decíduos deben comenzar a limpiarse tan pronto como hacen emergencia en la cavidad bucal, para ello la madre puede envolver su dedo índice con una gasa y remover los restos de alimentos que se depositan sobre la superficie dental después de cada ración alimenticia y especialmente la última (previa al sueño). La administración de un biberón que contenga agua después de la alimentación (ya sea artificial o materna), debe fomentarse como hábito, ya que su efecto de limpieza constituye un mecanismo auxiliar de la higiene del lactante. Sin embargo, el niño puede vomitar después de recibir el agua. En estos casos, no se recomienda que se siga realizando este procedimiento.
De esta revisión bibliográfica, se concluye que: