Jesús Saturno Canelón
Una revista argentina, en general caracterizada por su interesante material, publicó recientemente un texto atractivo por su título (Los enigmas de Fauchard) y por varias de sus conclusiones, pero un tanto confuso en sus planteamientos básicos (1).
En cualquier caso debo decir, por una parte, que todo hecho histórico -por esclarecido que parezca- siempre tendrá áreas a media luz, y por otra, que comparto con el autor de Los enigmas...la crítica a una historiografía odontológica repetitiva, anclada en el pasado, y temerosa de asomar conjeturas no solo en los territorios añejos que usualmente cultivan, sino en otros más palpitantes y cercanos en el tiempo y el espacio. En cuanto a los misterios que hoy nos ocupan, el que considero mayor (haber nacido bajo Luis XVI y muerto bajo Luis XV) no parece atribuible al Seigneur de Grand Mesnil, sino al corrector de pruebas de la revista.
Pero, bromas aparte, hablemos ahora de los restantes enigmas: Fauchard:¿Padre o Mito?; ¿posible lugar de su nacimiento?:¿sitio de sus aprendizajes sobre el escorbuto con Alexandre Poteleret (Cirujano Mayor Naval), ...etc. En relación con éstos, y especialmente con el primero, me parece justo partir de una definición del historiador belga Léon Halkin: "La historia es la disciplina que estudia el pasado de los hombres y presenta un cuadro de sus acciones de alcance social" (2).
Hasta donde conocemos, la acción de mayor alcance social que realizó el cirujano romancista Pierre Fauchard fue escribir un libro útil y comprensible para mucha gente. "Es facil a la vez que agradable de leer, en razón de sus observaciones llenas de vida y de relieve, donde él se extiende y redacta en buen francés y no en latín. En fin, lejos de considerar su técnica personal como un
A la luz de este hecho que explica un éxito editorial de hace 270 años, pero que algunos historiadores odontológicos no toman en cuenta, los otros "enigmas" pierden estatura y se convierten en terrenos para el enunciado de hipótesis que, en todo caso, tendrían que ser comprobadas. Intentemos razonar un ejemplo de hipótesis sobre esos aspectos, construido cruzando datos del artículo que analizamos, de Le Chirurgien Dentiste y de la Historia de Dechaume y Huard:
En el prefacio para la segunda edición (1746), Fauchard confiesa tener "una práctica sin descanso de más de cuarenta años" (4). Es decir que en 1696, cuando lo encontramos en Angers con 18 años de edad, el muchacho estaba por comenzar su práctica quirúrgica. Así, es muy posible que en 1711 (a los 33 de edad y quizás 6 de experiencia) cuando fue por dos años a Nantes (puerto cercano a la desembocadura del Loire en el Atlántico) hubiera recibido allí las enseñanzas de Poteleret sobre el escorbuto. De hecho, aproximadamente entre 1703 y 1718, Angers fue su centro de operaciones como "dentista" itinerante (y posiblemente su hogar paterno y lugar de nacimiento). El río Loire debió facilitarle sus viajes a Nantes y Tours, antes de instalarse en París, donde, en 1719, la Comunidad de Cirujanos lo acoje como "Maestro experto para los dientes" . Como vemos, aquí hay varias hipótesis más o menos verosímiles, pero que tendrían que ser comprobadas. Sin embargo, esa comprobación poco añadiría a lo que significan Fauchard y su obra para la historia de la odontología mundial.
Pero peor ocurre con las hipótesis unicausales -aparentemente definitivas- ya que si no están muy bien sustentadas, son las más fáciles de desechar. Dos ejemplos excelentes, aunque inexplicablemente ingenuos, nos los da el autor de "Los enigmas..." al atribuir la traducción alemana de Le Chirurgien Dentiste , no a la importancia del libro o a su éxito de ventas en Francia, sino a la existencia de una alianza militar franco-prusiana en guerra contra otra ruso-austríaca, pero sin explicar el vínculo entre ambos hechos. Así mismo, la no traducción al inglés la atribuye a la actitud neutral de Inglaterra en dicho conflicto. Según este último criterio, podríamos decir que la terca neutralidad británica se mantuvo hasta después de la Segunda Guerra Mundial, ya que fue en 1948 cuando Mrs. L. Lindsay tradujo el libro.
El autor hace una extensa enumeración de personajes de la nobleza, de la ciencia, de la cirugía citados o no por Fauchard en su libro. Esto nos hace recordar un párrafo de Henry Sigerist que ya hemos usado antes: "La historia de la medicina no puede limitarse a la ciencia, las instituciones y los personajes de la medicina; debe incluir también la historia del paciente y del médico en la sociedad, así como la historia de las relaciones entre uno y otro. De este modo la historia se convierte en historia social..." (5)
Jesús Saturno Canelón
Curso de Historia Social de la Odontología.