Odontopediatra U.C.V. Docente Colaborador de la Cátedra de Odontología Pediátrica U.C.V. Miembro Activo de la SVOP.
Dirección: Av. O'Higgins Res. Los Leones Piso 8 Apto. 84 La Paz.
Un infante de 20 días de nacido, masculino, de raza blanca, se presentó a consulta de emergencia de la Facultad de Odontología de la Universidad Central de Venezuela por presentar dificultad para la alimentación, tanto materna como industrial.
Al realizarle el interrogatorio a la madre sobre los antecedentes Medico-Odontologicos perso-nales y familiares, indico que el niño nació sin compli-caciones, parto normal, a término y sin ninguna evidencia de enfermedades sistémicas, anormalidad congénita o trastornos en el desarrollo, pero hizo la referencia que había notado ambos dientes desde el nacimiento. Los antecedentes familiares no revelaron ningún dato significante asociado al caso.
El examen intraoral reveló unas estructuras semejantes a dos dientes en la zona central del reborde del maxilar inferior, rodeados por una encía roja e inflamada, presentaban gran movilidad y dolor a la palpación (Fig. 9).
El examen radiográfico confirmó la presencia de dos incisivos centrales inferiores temporales natales y descartó la posibilidad de dientes supernumerarios. Ambos no presentaban ningun grado de formación radicular y estaban unidos cerca de la línea cervical a la mucosa alveolar (Fig. 10).
Se diagnosticó, como dientes natales ya que la madre refirió observarlos desde su nacimiento.
El plan de tratamiento fue realizar desgastes de los bordes de ambos incisivos con una piedra de diamante de grano fino para evitar lesiones de los tejidos blandos y del pezón de la madre y que el niño pudiera así alimentarse. Para la inflamación de la encía se le mando la aplicación topica de un antiinflamatorio tres veces al día y se recomendó la higiene de los dientes y profilaxis de la zona inflamada y se le indicó volver a los 15 días a control, pero no se presento a consulta.
Un infante de 27 días de nacido, masculino, de raza blanca, se presentó a consulta odontológica, referido a la Facultad de Odontología de la Universidad Central de Venezuela, por el pediatra residente de un modulo asistencial rural
Al realizarle el interrogatorio a la madre sobre los antecedentes Medico-Odontológicos personales y familiares, indicó que el niño nació sin complicaciones, parto normal, a término y sin ninguna evidencia de enfermedades sistémicas, anomalía congénita, o trastornos en el desarrollo. Hizo la referencia que el niño nació con un diente en la zona central inferior, posteriormente, a los 12 días, aproximadamente, de nacido erupciono otro diente al lado del ya presente, esto la motivó a llevarlo al pediatra, el cual le indico, después de evaluarlo, acudir a la consulta odontológica de la Facultad de Odontología de la Universidad Central de Venezuela. No refirió ningún malestar general, ni dificultad para la alimentación. Los antecedentes familiares no revelaron ningún dato significante asociado al caso.
El examen intraoral reveló unas estructuras semejantes a dos dientes en la zona central del reborde del maxilar inferior, rodeados por una encía roja e inflamada, presentaban una movilidad moderada y dolor a la palpación (Fig. 11).
El examen radiográfico confirmó la presencia de dos incisivos centrales inferiores temporales y descartó la posibilidad de dientes supernumerarios. Ambos no presentaban ningun grado de formación radicular y estaban unidos cerca de la línea cervical a la mucosa alveolar (Fig. 12).
Se diagnosticó, según la información de la madre como un diente natal, el incisivo central derecho (el que estaba presente al nacer) y el otro neonatal, el incisivo central izquierdo (por erupcionar dentro de los primeros 30 días del nacimiento).
El plan de tratamiento consistió en aplicación tópica de un antiinflamatorio tres veces al día y la recomendación de una buena higiene y profilaxis de la zona inflamada, ya que no presentaba ninguna dificultad para la alimentación, malestar sistemico asociado o molestia para la madre. Se le indicó volver a los 15 días a control, pero no acudió más a la consulta.
Un infante de 29 días de nacido, masculino, de raza blanca, se presentó a consulta de emergencia por presentar dificultad para la alimentación, tanto materna como industrial y una ulceración en la parte ventral de la lengua.
Al realizarle el interrogatorio a la madre sobre los antecedentes Medico-Odontologicos perso-nales y familiares, indicó que el niño nació sin compli-caciones, parto normal, a término y sin ninguna evidencia de enfermedades sistémicas, anormalidad congénita, o trastornos en el desarrollo, pero notó que había nacido con un diente en la zona inferior de la cavidad bucal. Posteriormente indico que el niño, aproximadamente a los 15 días de nacido empezó a presentar dolor y dificultad para alimentarse, rehusando el tetero y el pecho materno, también refirió que el bebé la mordía al alimentarlo y observo una inflamación rojiza en la encía y debajo de la lengua. Los antecedentes familiares no revelaron ningún dato significante asociado al caso.
El examen intraoral reveló una estructura semejante a un diente en la zona central del reborde del maxilar inferior, rodeado por una encía roja e inflamada, presentaba gran movilidad y dolor a la palpación. Las puntas y bordes filosos del esmalte, acompañados del roce continuo en la succión al momento del amamantamiento, causaron una ulceración en la superficie ventral de la lengua de aproximadamente un centímetro de diámetro, la cual se conoce como enfermedad de Riga-Fede (Fig. 13).
El examen radiográfico confirmó la presencia de un incisivo central inferior temporal natal y se descartó la posibilidad de un diente supernumerario. No presentaba ninguna cantidad de raíz y estaba unido en la línea cervical a la mucosa alveolar (Fig. 14)
Se diagnosticó, como un diente natal ya que la madre refirió observarlo desde su nacimiento, asociado a una ulcera traumática (enfermedad de Riga-Fede).
El plan de tratamiento fue realizar desgaste de los bordes filosos del incisivo con una piedra de diamante de grano fino para evitar el roce con la lengua, acompañado de la aplicación tópica a partes iguales de Kaopectate y Benadryl para aliviar el dolor producido por la ulcera. Para la inflamación de la encía se mando la aplicación tópica de un antiinflamatorio tres veces al día. Se le indicó volver a los quince días a control, pero a los siete días retorno a consulta refiriendo que el bebé no quería alimentarse y lloraba por el dolor. Se evalúo nuevamente el caso y clínicamente se observo que la ulcera traumática había aumentado de tamaño, dos milímetros de diámetro aproximadamante (Fig. 15 ). Procedimos a consultar el caso en el servicio de Patología, y se decidió la extracción del diente para aliviar el dolor y reducir el traumatismo en la lengua, se le indicó seguir con la aplicación de los medicamentos y volver al inicio de las actividades de la Universidad para el control. Para este momento no ha retornado a consulta.