Enfoques

Discurso pronunciado por el Profesor Gustavo Adolfo Hernandes-Rizzo. Promoción Henandez-Yibrin

DICIEMBRE 4, DE 1997

AHIJADOS, quiero que se den cuenta de que tienen un mundo por delante y una expectativa de vida seis y siete veces mayor que las que hasta ahora han vivido, que están entrando en un mundo que exige muchos más conocimientos, experiencias, talentos, habilidades, capacidades, entregas y espíritu de servicio.

HOY, deben tener presente la vigencia de la familia, en donde la vida humana se magnifica en su seno, se eleva en comunión unificándose día a día a través del amor de los padres, valga un profundo reconocimiento a los aquí presentes, y a los ausentes, a los suyos, los míos, en fin a todos, a los que somos padres que conscientes de nuestra función formadora y educadora para ustedes "nuestros hijos" quienes son los que siembran y enrumban los lineamientos indispensables para la unión familiar, fortaleciéndonos en esta aguda crisis social.

Reflexionando acerca de las discusiones en la academia, que si bien es cierto no han roto mi armonía, estoy seguro que han dejado una huella para reflexionar y es cuando valoro a mi gran familia, a quienes les debo mis más sublimes baluartes de moralidad, dignidad, altruismo, esa familia en donde aprendí a querer a mi padre, mis hermanos Sixto y Azalea, a mis sobrinos Gustavo Rafael, Kiko, Sixmar, Adolfo, Gabriela y Andrés Gabriel, a mi esposa y ahora a mi hija, Amanda Estefanía, a quien año por sobre todas las cosas; con Gustavo Rafael, el primero de mis sobrinos he cumplido como tío y padrino de esta Promoción, (Gustavo Rafael le cumpliste a tu abuela), "lo lograste". Esta es mi familia, que me acompaña, a excepción de mi heroína, mi madre, quien partió a otro plano hace 6 años estos en donde las lágrimas y el dolor profundo de su ausencia física han sido iguales, dolor que estoy seguro que viviría el hombre más simple y humilde de la humanidad, quiero referir un comentario de Aristóteles, el cual le atribuye a las madres un margen a su favor en la adoración que ellas profesan a sus hijos, porqué "el dolor con que nos han traído al mundo, les hace estar más seguras de que somos suyos".

A ustedes "AHIJADAS" que son madres, a las madres que aquí se encuentran, les exhalto en toda su magnifica abnegación y expreso convencido que "la mano que mece la cuna es la mano que gobierna al mundo".

Queridos ahijados, ahora que los veo pasar de bachilleres a odontólogos me recuerda en toda la extensión de la palabra mis 20 años de ucevista, decisión que tomé bajo juramento un día, de un mes del año 1982, cuando estaba a punto de irme a extramuros, siguiendo como punto de referencia, a quienes fueron mis profesores, así como el gran estímulo de quien "hoy" es mi gran amigo, a quien doy gracias "amigo", y así verán ustedes el día de mañana como cambiarán sus vidas.

Quiero contarles de sus nuevas realidades, aquellas realidades en las que el bueno no triunfa siempre y la guerra en la televisión es noticia y no película.

Quiero prepararles para las nuevas sensaciones que vienen con la edad; para el dolor y la alegría que ocasiona un gran amor, para las satisfacciones que genera una amistad verdadera y la tristeza tan profunda que deja la traición.

Quiero enseñarles a enfrentar los problemas con juicio, con firmeza y sin temor.

Quiero que comprendan que a pesar de la corrupción social, económica y política en donde la política mundial está entrando una nueva fase y las personas involucradas con el fundamentalismo necesario son en su mayor parte como ustedes "jóvenes" educados, profesionales, técnicos, gente de clase media, entonces todo es factible, cambiable, fácil de resolver y manejable con métodos honestos.

Quiero ponerles en las manos las herramientas necesarias para que elaboren su futuro y fortalezcan su carácter, para que ayuden al prójimo; que reconozcan las oportunidades y sepan aprovecharlas sin perjudicar a los demás, ni abusar de los incautos.

Quiero por sobre todo, que aprendan a decidir pos sí mismos y acepten las responsabilidades y retos para que nunca se lamenten, ni miren atrás con nostalgia.

Yo, Gustavo Hernandez Rizzo, su padrino, alabaré sus triunfos como el que consiguen hoy, sufriré con ustedes, seré cómplice de sus logros y fracasos, y sobre todo, en lo bueno y en lo malo, seré incondicional, testigo de esto son Adriana Alvarez, Carolina Cuni, Ana María Faverola y Abigail Ledezma entre otros.

Quiero que concienticen que son parte importantísima de un núcleo familiar y social que se extenderá a medida que interactúen con el medio, que mientras más grande es el círculo social, más se enriquecerán sus vidas, pero mayores serán sus satisfacciones y responsabilidades morales con sus pacientes, colegas, y con todo su entorno.

Quisiera enseñarles ahijados, que se puede ser bueno sin que abusen de ustedes, que se puede ser valiente, sin arriesgar inútilmente la vida, que no serán menos hombres porque lloren o sientan miedo o le sean fiel a su pareja, que vale más ganarse el respecto del enemigo, que la adulación de un amigo, que se puede susto sin ser implacable , se y me consta que este camino es duro y difícil, pero no le teman, pues siempre tendrán mi apoyo como les dije antes, incondicional.

Quisiera enseñarles el respecto y el dolor que se siente ante la desaparición física de un amigo, sé con orgullo para mí, y creo que para todos, el haber conocido a Germán Linares, su vida entre nosotros fue corta, ahora Dios le concedió la dicha de estar con él, valga un corto homenaje a quien fue la lealtad personificada, hagamos un minuto de silencio a su memoria y un aplauso por haberlo conocido.

Quiero enseñarles que cada día es un nuevo amanecer, que todos hemos luchado por llegar a este día, no fue fácil pero lo lograron, quisiera enseñarles que todo lo que les adversa, denle GRACIAS, porque les impulsa.

Ahijados, gracias por la gran deferencia de haberme seleccionado para apadrinarlos, ha sido una experiencia maravillosa, no saben cuánto he disfrutado lo que he hecho por ustedes, nunca me había imaginado la satisfacción y emoción que se siente, y HOY lo que siento dentro de mi AULA MAGNA, su olor hoy tiene otro recuerdo; Gracias Alexis por haber liderizado entre tus compañeros esta experiencia, y haber sido MUY AMIGO de Gustavo Rafael, gracias a todos, a las autoridades, mi mayor respecto y mi palabra de agradecimiento a la Decana; Cecilia GRACIAS por haber confiado en mí y permitirme demostrar mi vocación de Servicio, gracias a mis compañeros de Cátedra y Facultad.

Para finalizar, quiero decirles que ningún proceso de convivencia humana es más elevado que el de enseñanza-aprendizaje. El docente - dijo alguien- es la ciencia y la conciencia del hombre. Enseñar es abrir el alma y compartirla sin reserva. Es sentir como propia la inquietud de tantos, es experimentar la impotencia compartida ante la interrogante que no se puede despejar; es alcanzar la unión y se libres en el disentimiento; es dotar de alas a los que permanecen atados y con ellos viajar por mundos multicolores; es adentrarse en el sentimiento de quienes a través del tiempo y del espacio supieron que el color púrpura a ves encuentra en el rostro humano su domicilio adecuado; es compartir la gloria y ayudar a soportar el fracaso; es alcanzar la cumbre y pasear por el camino real; es penetrar el palacio y la choza; de cunas y de ataúdes, de soles de luceros, de catedrales y de capillas, de ruedas y de caballos, de miedos y esperanzas, de razón e instinto, de niños y de ancianos, de soledad y compañía, de Patria y de tierra ajena, de amor y de campos, de veranos primaveras, de pan y de miseria, de luz y de sobras, de derecho y de injusticia, de libertad y de cadenas, de perdón y de ofensa, de llegadas y adioses, de lágrimas y de sonrisas, de dudas y de certezas, es en fin, saber del HOMBRE y cuanto hay en él de grandeza y de pequeñez. PROFESORES y ALUMNOS somos compañeros de viaje en una ruta interminable que va mucho más allá del sueño de Julio Verne. Ser docente es ser en todos los alumnos, es formar parte de un precioso bagaje humano, es tener miles de hijos y de hermanos, es saber que nos está solo, es estar seguro de que a las nuestras siempre se unirán muchas manos para elevarlas juntas al Creador y decirle: gracias por la oportunidad de vivir cerca del hombre, en esa hermosa e insuperable tarea de descubrir mutuamente las grandes posibilidades que hay en cada uno, para entender el milagro de la vida y es también poder compartir los sentimientos de paz, amor esperanza.

Que Dios los bendiga

GRACIAS