Actividades Académicas

Discurso del Br. Oscar Adbala

PROMOCIÓN SEIJAS - GUERRA

Colegas, amigos míos, muchos son los pensamientos que se nos cruzan por la mente en estos momentos, unos evocarán recuerdos ya sean buenos ó malos, por su parte otros estarán pensando en su futuro a partir de hoy, la verdad ya sea lo uno o lo otro eso no es lo que importa, lo realmente valioso es el momento el cual estamos viviendo. Muchas veces hemos oído decir de que la vida esta hecha de momentos, los cuales pueden ser gratificantes o duros y que son estos los que realmente le otorgan a uno la entereza y las ganas de seguir adelante para el cumplimiento de nuestras metas, ya sean a corto, mediano o largo plazo; lo meritorio esta en conseguirlas por buena ley, sin desfallecer en ningún instante y manteniendo siempre nuestra frente muy en alto.

Muchos son los sentimientos, que en estos momentos uno quisiera expresar, pero sin duda alguna, las palabras se quedarían cortas y los pensamientos incompletos para uno demostrar la emoción que nos embarga. Dicha emoción, no es más que una pequeña parte de la recompensa que hemos obtenido de nuestros años de estudio y dedicación, y que demuestran que con cariño, abnegación y tezón se logran todas las metas que uno se proponga en la vida, solo falta tener siempre dos ingredientes básicos para alcanzar el éxito: esperanza y fé.

Todos los que hoy nos graduamos, hemos afrontado de alguna u otra forma gran cantidad de situaciones las cuales pudieron haber sido buenas o malas, pero en realidad no importa del tipo que hayan sido, lo verdaderamente interesante es la enseñanza que hallamos obtenido de ellas por pequeñas que estas sean, porque de estas experiencias se obtiene un gran conglomerado, que ha contribuido no solo a la percepción de conocimientos en nuestra área, sino también al desarrollo de una gran madurez, cualidad ésta imprescindible para nuestro crecimiento personal.

Por otra parte, este logro que hoy nos reúne no solo se debe a nuestro desempeño como estudiantes, también tenemos que reconocer el invalorable apoyo que nos prestaron muchas personas, que en su momento nos brindaron su ayuda y consejos, y que hoy vemos los frutos de su palabra amiga, la cual siempre tendrá nuestra gratitud.

Hay que agradecer primeramente a Dios, que nos haya permitido lograr alcanzar esta meta, la cual constituye orgullo para nosotros y los nuestros, además de darnos mayor incentivo para seguir adelante en la búsqueda de los objetivos que nos hemos trazado en la vida.

Debemos recordarnos de nuestros padres, incondicionales ante todo, siempre brindándonos su apoyo y amor, sin poner a cambio ninguna condición. Siempre pendientes de nuestros triunfos y fracasos, tolerando nuestras rabias, secando las lágrimas de la derrota y celebrando las alegrías de la victoria. Recuerdo que desde que era un niño, mis padres siempre me han enseñado que el hombre es como un libro, el cual debe de tener todo el conocimiento de la edición anterior que sus padres re[representan, e ir recopilando más conocimientos y experiencias para lograr ser una edición nueva y mejorada; pero si lo meditamos bien, nos va hacer muy difícil llegarles aunque sea al prólogo, aún nos falta mucho para superar la edición anterior. Para ellos que se merecen todo lo mejor, pido respetuosamente que nos levantemos y mirándolos a los ojos les brindemos todos un fuerte aplauso, como una pequeña muestra de nuestro amor y respeto.

No debemos olvidarnos de todos aquellos seres queridos, ya sean familiares o amigos, y que ahora no se encuentran entre nosotros en forma física , pero siempre, a pesar del tiempo que pueda pasar se mantienen vivos en nuestro corazón y pensamientos, a ellos que depositaron su confianza, esperanza y amor en nosotros; y que seguramente nos están viendo en estos momentos, haciéndoles sentir un gran orgullo dondequiera que estén, les podemos decir con satisfacción... LO LOGRAMOS !.

Reconocimiento muy especial, merecen nuestros padrinos de promoción, los doctores Alberto Seijas y Carlos Guerra, por habernos brindado apoyo y ejemplo en uno de los momentos cumbres de la carrera, como lo fue este último año. Nosotros los recordaremos por siempre, como los artífices de una nueva generación de odontólogos, en busca siempre del máximo de los logros... LA EXCELENCIA.

Una mención muy especial merecen las autoridades, docentes de las distintas cátedras, empleados, pacientes y nuestros mismos compañeros de estudio de la Facultad de Odontología, ya que a lo largo de los años de estudio de nuestra carrera nos han brindado apoyo, conocimientos y orientación en cada una de las situaciones planteadas en las distintas materias y procedimientos clínicos que se nos han presentado. Su constancia y fé en nosotros nos han enseñado no solo a diagnosticar una patología determinada, sino también a reconocer el carisma, la mística y profesionalidad de las personas que poseen en el alma y la sangre uno de los dones más admirables que se pueda tener: la capacidad de enseñar. A todos ellos muchas gracias.

También quiero hacer mención de todas aquellas personas que por alguna u otra razón, no pudieron brindarnos su apoyo o solidaridad en los momentos más difíciles de la carrera, ya que gracias a ellos nos llenamos de valor y esperanza, para afrontar con dignidad y entereza cualquier situación por difícil que ésta haya sido. Logrando desarrollar en nosotros una gran autoestima y sentimiento de autosuficiencia, pero a su vez de humildad y espíritu de autocrítica, lo cual nos enrrumba a tratar de ser cada día un poco mejores como profesionales y como personas. A todos ellos muchas gracias.

Compañeros, en el día de hoy nos reunimos para celebrar juntos, tal vez uno de los momentos más significativos que podamos vivir: nuestra graduación de odontólogos, la cual marca la conclusión de una de las etapas más bellas e importantes como es la de ser estudiantes y nos da el inicio de otra aún más fuerte y comprometedora, que es la vida como profesionales de la salud, que a su vez nos introduce en la sociedad como parte de la población productiva. Es por todos nosotros conocida la alarmante situación de deterioro que presenta en la actualidad; las instituciones fundamentales de nuestro país, lo cual requiere que las generaciones de relevo sean cada día mejor preparadas física, mental e intelectualmente, acorde con la realidad científico y social que vive Venezuela, pero a su vez que ésta sea paralela a los adelantos que se presentan actualmente en los países industrializados y sean llevados a todas las comunidades sin ningún tipo de discriminación, solo así podemos llevar a nuestra patria por el sendero del desarrollo político, económico y social que ella se merece.

Por último, queremos expresar nuestro sentimiento sincero de amor y agradecimiento a la UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA, por habernos acogido en su seno como una madre buena y preocupada, la cual nos ha brindado de manera responsable y desinteresada el más grande de los tesoros que se le pueda brindar a cualquier persona: e; conocimiento. Pocos son los pueblos de cualquier país que disfrutan de esta virtud, que es la de aprender una carrera y forjarse un mejor futuro en forma gratuita. Por eso es triste ver como día a día los detractores y enemigos de la Universidad, la atacan de manera despiadada sin ningún otro fin que el de derrumbar los muros que sostienen a la casa que vence las sombras y por ende al desarrollo de nuestra nación. Pero nosotros, sus hijos, que orgullosos de ser ucevistas estaremos siempre en pie de lucha, para defender nuestra querida ALMA MATER... la U.C.V.

Muchas gracias.

Br. Oscar Abdala.